En una de las decisiones más significativas de su pontificado, el papa Francisco rechazó ayer una propuesta para permitir que algunos hombres casados puedan ser ordenados en la región amazónica para aliviar la escasez de sacerdotes.
La recomendación, presentada por obispos latinoamericanos en 2019, había hecho saltar las alarmas entre los conservadores en el seno de la Iglesia católica, que temían pudiera provocar un cambio en el secular compromiso al celibato de los clérigos.
En este sentido, Elio Masferrer Kan, antropólogo de las religiones y etnohistoriador argentino, dijo a El Heraldo de México que “en definitiva le decisión, tira para atrás todo el Sínodo de la Amazonia, para decirlo de otra manera, al papa Francisco le dio miedo”.
Masferrer aclaró que el papa Francisco, en definitiva, no estaba obligado a aceptar esa propuesta, pero “hubiera sido interesante que planteara un rito especial para los amazónicos, donde se pudiera incluir sacerdotes casados como los hay en los ritos católicos orientales de la Iglesia católica, esa era la tirada, pero no se animó. Se asustó”.
El especialista aclaró también que “el caso era complicado, porque de alguna manera el gobierno brasileño de (presidente Jair) Bolsonaro, veía el Sínodo como un intento de ir contra la soberanía de Brasil en la Amazonia”.
Para terminarla de complicar, Bolsonaro puso a dirigir a la Agencia de Asuntos Indígenas al misionero evangélico Ricardo Lopes Dias, quien ha trabajado durante muchos años con la Misión de Nuevas Tribus (MNT), que está identificada como un grupo fundamentalista”.
Masferrer dijo que también “los sectores conservadores de la Iglesia católica de Estados Unidos, España, etc., presionaron al Papa porque al permitir sacerdotes casados en la Amazonia rompía el celibato sacerdotal”.
Se esperaba ayer una palabra final de Francisco sobre este asunto, en la exhortación sobre el Sínodo de la Amazonia, después de que los obispos de la región aprobaran en esa asamblea celebrada en octubre la propuesta de poder ordenar sacerdotes a hombres casados y reconocidos por su comunidad para permitir celebrar la eucaristía.
La palabra pasaba así a Francisco, que siempre se ha mostrado contrario a abolir el celibato y que en esta ocasión tampoco ha cambiado idea y ni si quiera lo ha mencionado en su documento Querida Amazonía publicado ayer.
Francisco presentó su respuesta en una exhortación apostólica, tres meses después de que la propuesta fuera aprobada por 128 votos a 41 en un tenso sínodo de obispos celebrado en El Vaticano.
Francisco reconoció que es necesario que la eucaristía llegue a estos lugares, se limitó a pedir que se rece para que crezcan las vocaciones y que se envíen más misioneros a estas zonas. Ni una palabra de esta propuesta.
El Papa ya había adelantado este martes a un grupo de obispos estadounidenses que quienes esperaran un giro histórico sobre el tema del celibato quedarían “decepcionados”.
Justo hace un par de semanas se publicó un libro escrito entre el papa emérito Benedicto XVI y el prefecto del Culto Divino, el cardenal Robert Sarah, en el que se defendía el celibato y que se interpretó como una posible injerencia a la decisión que Francisco debía tomar.
Heraldo de México