Papa Francisco: Las dificultades de la oración: la distracción, la sequedad y la acedia

El Papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis basada en la oración, refiriéndose a los obstáculos que el hombre enfrenta para tener una oración cuando se encuentra abatido.

“El verdadero progreso de la vida espiritual no consiste en multiplicar los éxtasis, sino en ser capaces de perseverar en los tiempos difíciles: camina, camina, camina, si estás cansado detente un poco y luego vuelve a caminar, con perseverancia”, dijo.

La Audiencia General llevada a cabo en el Patio de Dámaso, el Papa Francisco comenzó por la distracción, ya que cuando se comienza la oración, la mente comienza a dar vueltas, y es ahí donde se tiene que estar atento para detenerse.

“La mente humana le cuesta detenerse durante mucho tiempo en un solo pensamiento. Todos experimentamos este constante torbellino de imágenes e ilusiones en continuo movimiento, que nos acompaña incluso durante el sueño. Y todos sabemos que no es bueno seguir esta inclinación desordenada”, expresó.

Mencionó a Santa Teresa que llamaba a la distracción que giraba y giraba como “la loca de la casa”, a la cual hay que vigilarla y encarcelarla expresó.

“Los atletas saben que las competiciones no se ganan solo con el entrenamiento físico sino también la disciplina mental: sobre todo con la capacidad de estar concentrados y de mantener despierta la atención. Las distracciones no tienen la culpa, pero hay que combatirlas”, declaró.

Sobre la sequedad, Francisco la refirió como  “El corazón está desprendido, cuando hay aridez, sin gusto por los pensamientos, recuerdos y sentimientos, incluso espirituales”. Describió los días grises que se viven, que no hay consuelo ni voluntad para afrontar lo que se vive.

“Hay gente que vive con el corazón gris. Esto es terrible: ¡no puedes rezar, no puedes sentir consuelo con un corazón gris! O no se puede avanzar en una sequedad espiritual con un corazón gris. El corazón debe estar abierto y luminoso, para que entre la luz del Señor. Y si no entra, hay que esperarlo con esperanza. Pero no cerrarlo en el gris”, detalló.

Y para concluir con el tercer obstáculo que dificulta la oración, la acedía,  “La acedia es «una forma de aspereza o de desabrimiento debidos a la pereza, al relajamiento de la ascesis, al descuido de la vigilancia, a la negligencia del corazón» (CIC, 2733). Es uno de los siete “pecados capitales” porque, alimentado por la presunción, puede conducir a la muerte del alma”.

Al final de la Audiencia, la presencia mexicana se hizo sentir con un grupo de jóvenes mexicanas que no pararon de gritar “Papa Francisco, ya eres mexicano”, al igual que el cantaban el Cielito Lindo y La Guadalupana.

Por Pablo Esparza

 

HERALDO DE MÉXICO

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