En medio del colorido africano y con ansias por dirigir, el técnico Javier Martínez arriba en una cálida mañana a las instalaciones del club Vipers, campeón de la liga de Uganda. Un mexicano en el banquillo de un plantel en el centro de África es más exótico que el país al que ha llegado, pero el motivo que lo llevó a esa latitud es simple: la falta de empleo en el futbol tricolor.
La contratación de Martínez con Vipers fue obra de la perseverancia y de tocar mil puertas. Ante el elitista mercado de la Liga Mx, y tras una decepcionante experiencia en las fuerzas básicas de Cruz Azul, el timonel se arriesgó a picar piedra en el extranjero. Pasó por el Deportivo Carchá, de Guatemala; Juventus Managua, de Nicaragua; y ahora consiguió un contrato con un club ugandés que confió en él para sobresalir en la Copa Africana.
–¿Por qué firmar con un equipo en Uganda?
–Por falta de oportunidades en México, responde sin tapujos en llamada vía WhatsApp. Es lastimoso decirlo, pero no hay oferta para los técnicos nacionales en el futbol mexicano. A veces es más fácil ganar reconocimiento en el extranjero que en nuestro propio país.
Se gradúan 200 DT al año
Unos 200 estrategas se gradúan anualmente de la Escuela Nacional de Directores Técnicos (Endit) y sólo un puñado llegará a Tercera División, Liga Premier o Liga de Ascenso, muchos menos a la Liga Mx, mientras el resto tendrá que buscar alternativas.
Martínez es uno de los seis timoneles tricolores que forjan su carrera en tierras foráneas. El más destacado es Javier Aguirre, quien hace pocos días fue designado en el banquillo de Egipto, pero existe otra legión que ha trabajado de manera más discreta, como José Luis ChelísSánchez Solá, quien migró a Estados Unidos; Jaques Passy (San Cristobal y Nieves), Carlos de los Cobos (El Salvador) y Benjamín Mora (Johor Darul Takzim de Malasia).
Aceptamos estos retos por la falta de oportunidades, eso nos orilla a tomar este tipo de decisiones, y también porque debemos estar vigentes y no dejar que pase mucho tiempo sin dirigir
, reconoce.
Salir al extranjero también conlleva una gran responsabilidad, asegura Martínez al señalar que se debe tener una buena preparación con varios idiomas y, sobre todo, ser conscientes de que somos representantes de México, si trabajamos bien pueden abrir puertas
para que otros conacionales sean contratados. Conseguir oportunidades no sólo para técnicos, sino para jugadores, auxiliares, servicio médico
, detalla.
El recorrido de Martínez no destaca por el nombre de lo clubes que ha dirigido, sino por la insistencia de mantenerse en el balompié después de recibir portazos en el futbol nacional. La bandeja de salida de su correo electrónico llegó a tener hasta 50 mensajes diarios con solicitudes de empleo, las respuestas positivas eran pocas o con propuestas que denigraban su trabajo.
El amiguismo
“A veces hasta pedir una entrevista en México se vuelve elitista o esta rodeada de amiguismo y promotores, pero el futbol está así, ni modo, tenemos que adaptarnos”, dice.
La travesía de Martínez en el balompié mexicano va desde las fuerzas básicas de Cruz Azul hasta una selección del Ejército. Me fui de La Máquina porque la paga era muy poca y no había posibilidad de tener un proyecto de vida en el equipo
, narra con desilusión.
Cuando buscas crecer, quieres que sea en todos los ámbitos, también económicamente, pero si te pagan como academia y trabajas como profesional, aunque ames el escudo, sabes que no vas por el camino indicado. Quieres llegar al primer equipo, pero mientras más trabajas ahí, más lejos estás.
Martínez tardaba hasta tres horas para trasladarse a diario desde Tecamac, estado de México, a las instalaciones celestes en La Noria, donde tenía a su cargo al equipo Sub 13. El tiempo que gastaba en ese trayecto, ahora le parece increíble al comparar los 20 minutos que hace del departamento donde vive en Buikwe al club Vipers.
Salir al extranjero fue la opción más viable de Martínez para conseguir trabajo como timonel y comenzó en Guatemala, país donde tenía más contactos debido a que ahí terminó su carrera como jugador. Después llegó a Nicaragua, donde enfrentó un escenario que busca evitar todo técnico: la falta de buena infraestructura y principalmente adeudo de salarios.
Tras la aventura centroamericana, el técnico tricolor dio un salto a miles de kilómetros y llegó a Uganda, donde el balompié no tiene la mejor técnica, pero sí gran velocidad y sus jugadores presumen de una complexión física muy fuerte, por eso los europeos buscan futbolistas africanos
, señala.
Pese a estar del otro lado del mundo, Martínez afirma sentirse como en casa
en el peculiar país africano, cuya cultura es totalmente diferente a la mexicana, aunque no el clima, asegura.
Martínez cuelga la llamada y se alista para el entrenamiento con los Vipers. Las órdenes las da en inglés, el idioma oficial, aunque sabe que debe tener cuidado con la pronunciación, porque todos los jugadores tienen otra lengua de acuerdo con la tribu a la que pertenecen.
Uganda destaca poco en el balompié internacional, pero para Martínez fichar con el club Vipers es un buen escenario para ganar atención, crecer en su carrera de técnico y, sobre todo, conseguir lo que todo timonel anhela sin importar el país: un título.
Fuente: La Jornada