¿Qué quiso decir AMLO con Banamex y Larrea?

¿Qué quiso decir AMLO con sus comentarios acerca de Banamex y Germán Larrea? Al presidente hay que leerlo entre líneas. La mañanera del martes escogió la venta de Banamex como uno de los temas. Adivinar por qué decidió hablar de este asunto es casi tan importante como interpretar lo que dijo.

El presidente habló de Banamex porque es un tema relevante y porque le puede ser favorable enmarcar esta operación en una narrativa de mexicanización de la banca que opera en territorio mexicano. Uno de los bancos más emblemáticos vuelve a estar en manos mexicanas, luego de dos décadas de propiedad estadounidense. Ahondar en el tema también le sirve para marcar diferencias con lo que pasó en el sexenio de Vicente Fox donde la venta a Citi no significó el cobro de impuestos para el Gobierno (la venta de acciones no tributaba entonces). Ahora sí pagarán, ha dicho una y otra vez.

¿Eso es todo? Aquí quiero aventurar una hipótesis: AMLO eligió hablar de esta compra-venta, quizá, para no tener que referirse a un asunto que le resulta super incómodo: la “aparición” de un departamento de 30 millones de pesos en el patrimonio del Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval. El inmueble, según una investigación de Mexicanos contra la Corrupción, fue comprado por 9 millones de pesos a una proveedora del Ejército que en 2022 recibió contratos de las fuerzas armadas por 319 millones de pesos. El tema no se agota con el silencio del presidente. Recordemos que el señor secretario de la Defensa es un funcionario público que en teoría gana menos que el presidente y que recientemente hizo un viaje de placer por Europa que costó más de 2.6 millones de pesos en una semana.

¿Es inminente la venta de Banamex? Esta fue la lectura que hicieron muchos comunicadores: el presidente dice que tiene información de que la negociación va muy avanzada y, por tanto, esto quiere decir que la operación está casi cerrada (¿ahora sí?… se trata de un proceso de venta que comenzó en enero de 2022). Lo dicho por el presidente coincide con lo que han publicado algunos columnistas, empezando por Darío Celis, que dijo hace dos semanas que el acuerdo estaba cerrado y que el precio final estaría en torno a los 7,100 millones de dólares, por el 80% de las acciones.

Si el presidente tiene más información no la dijo. Hizo bien, porque se trata de una información que vale mucho en los mercados y su difusión está reglamentada. El uso indebido de esta información es considerado un delito. Podría generar movimientos de mercado con valor de millones de dólares, en las acciones de Citi o de Grupo México. El único conducto oficial para el aviso será la Bolsa de Valores de Nueva York, donde Citigroup cotiza y tenía un valor de capitalización de 88,150 millones de dólares. Lo más probable es que el anuncio, Maricarmen Cortés dixit, se hará antes de que abran los mercados o después de que hayan cerrado.

¿Cuándo será el anuncio? Dando por hecho que estamos en el último paso de la negociación, no queda claro si este paso mide medio metro o un kilómetro. Pueden ser horas o semanas. Entre los puntos que han complicado el cierre de la operación es el valor de las contingencias legales que Citi heredará al comprador, por ejemplo Oceanografía.

Volvamos a la mañanera. El presidente dijo que no tenía problema con que se lleve a cabo la operación y que el comprador fuera German Larrea, “tenemos diferencias con ellos, pero ese es otro asunto… en el caso de la venta o compra del banco no hay problema”, dijo. Llama la atención que hablo de diferencias en presente, “tenemos diferencias”, afirmó el presidente. ¿A qué se refiere? Lo primero que uno piensa es la nueva Ley Minera. Germán Larrea Mota Velasco es el mayor empresario minero de México y uno de los cinco mayores productores de cobre en el mundo. Es un hombre extremadamente discreto. No da entrevistas, ni hace declaraciones. Se sabe que tiene una pugna feroz con Napoleón Gómez Urrutia, líder sindical del sector minero y senador por la 4T.

A Larrea seguramente le preocupa la relación con AMLO, pero también encontrar la forma de hacer rentable su inminente inversión en Banamex. Sus negocios no tienen sinergias obvias con la banca. Es líder en el sector minero y en ferrocarriles, donde tiene alrededor de la mitad de las concesiones de México. No tiene experiencia en banca, pero eso quizá lo compensa con una fortuna de 28,500 millones de dólares. Es la segunda mayor fortuna de México, sólo detrás de Carlos Slim. ¿Le alcanzará con eso para triunfar en un sector en proceso de mutación competitiva?

eleconomista

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