La Universidad College de Londres en Reino Unido presentó una investigación en la que analiza la probabilidad que tienen las personas en adquirir alguna discapacidad o enfermedad, tomando como base su nivel socioeconómico.
El estudio, publicado en la revista científica ‘Journal of Gerontology’, analizó que las personas más ricas pueden vivir entre 8 y 9 años más. Los datos de 10 mil 754 y 14 mil 803 adultos de 50 años o más del Estudio Longitudinal del Envejecimiento en Inglaterra (ELSA) y del Estudio de Salud y Jubilación de Estados Unidos (HRS), respectivamente.
Los investigadores se propusieron examinar cuánto tiempo pueden esperar vivir ingleses y estadounidenses sin discapacidades, como la incapacidad de entrar y salir de la cama o no poder cocinar por sí mismos, y hasta qué punto los factores socioeconómicos desempeñan un papel clave. Se recogieron datos de los participantes en el estudio en 2002 y se les siguió durante un período de 10 años, hasta 2013.
Así, encontraron que las desigualdades socioeconómicas en la esperanza de vida sin discapacidad eran similares en todas las edades, pero la mayor ventaja en ambos países y en todos los grupos de edad era la riqueza.
Si bien la esperanza de vida es un indicador útil de la salud, la calidad de vida a medida que envejecemos también es crucial. Midiendo la esperanza de vida saludable podemos obtener una estimación del número de años de vida que se pasan en estados de salud positivos o sin discapacidad», explica la autora principal del trabajo, Paola Zaninotto.
Los participantes del estudio se dividieron en tres grupos (es decir, cada uno de ellos contenía el 33 por ciento de la muestra) basados en la riqueza total del hogar (la suma de la riqueza financiera neta y la riqueza neta de la vivienda menos todas las deudas) y se hicieron comparaciones entre los grupos más ricos y menos ricos.
Los resultados muestran que, a la edad de 50 años, los hombres más ricos vivieron alrededor de 31 años ‘saludables’ adicionales, en comparación con alrededor de 22-23 años para aquellos en los grupos de riqueza más pobres. Las mujeres más adineradas vivieron alrededor de 33 años ‘saludables’ más en comparación con los 24,6 y 24 años de los grupos más pobres de Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente.
Sabemos que mejorar tanto la calidad como la cantidad de años que se espera que vivan las personas tiene implicaciones para el gasto público en salud, ingresos, atención a largo plazo de las personas mayores y participación en el trabajo, y nuestros resultados sugieren que los políticos deben hacer mayores esfuerzos para reducir las desigualdades en salud», concluye Zaninotto.
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