Las prendas de María Félix siempre marcaron tendencia en la época. La Doña usaba diseños de exclusivos de personalidades como Christian Dior, Yves Saint Laurent o Hubert de Givenchy, sin embargo, para el día de su boda con el actor Jorge Negrete, decidió usar un icónico vestido de boda de un diseñador mexicano.
Las estrellas de la época de Oro del Cine Mexicano contrajeron matrimonio 18 de octubre de 1952. La celebración se efectuó en Finca de Catipoato, ubicada en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México y contó con invitados de la talla de Diego Rivera y Frida Kahlo, Emilio ‘El Indio’ Fernández, Octavio Paz, Andrés Soler y Columba Domínguez.
Así se vistió «La Doña» para su boda con Jorge Negrete
Algunas anécdotas afirman que en la invitación se pedía a las mujeres llevar ‘traje de calle con rebozo’, esto para que fueran acorde a la temática de la boda. La Doña llegó a bordo de un Cadillac luciendo un vestido color palo de rosa. La vestimenta era un diseño de lino de dos piezas; la parte superior tenía cuello cerrado decorado con un prendedor, mientras abajo portaba una falda decorada con holanes de encaje blanco.
La diva del cine eligió este atuendo debido a que el diseñador logró capturar la esencia mexicana y la feminidad de los trajes folclóricos para mujeres. Este vestido deslumbró a los asistentes de su unión matrimonial y a los medios que cubrieron el evento.
¿Quién diseñó el vestido de novia de María Félix?
El diseñador de esta icónica pieza fue Armando Valdés Peza, quien en sus inicios fue actor y fungió como columnista, sin embargo, después se dedicó al diseño de vestuario y logró hacer prendas para más de 30 películas del Cine de Oro mexicano. El modista trabajó con María Félix en ‘Enamorada’ (1946), ‘Río escondido’ (1948), ‘Doña Diabla’ (1950), y ‘El rapto’ (1954); de hecho, el vestido que la diva del cine usó en su boda con «El Charro Cantor» era originalmente para esta última película.
En 2007, el top y la falda que la actriz usó para la ceremonia matrimonial, se presentaron en diferentes lotes para la subasta de la casa Christie’s. Por fortuna ambas piezas permanecieron juntas y hoy se encuentran en manos de la Fundación María Félix, la cual exhibió por primera vez al público el vestido en 2018.
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