Para la mayoría de las personas, tener una casa o departamento propio es un objetivo de vida para la formación del patrimonio, lo que incide en el crecimiento personal y familiar.
El hogar resguarda objetos con gran valor material, así como también sueños, experiencias y recuerdos de familia.
Por todo lo anterior, se pensaría que asegurar la vivienda es una práctica común; sin embargo, la realidad es muy distinta.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, realizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cerca del 30% de las personas encuestadas no cuentan con un seguro de hogar pues no saben que existe o lo consideran demasiado caro.
Además, los entrevistados reconocieron no tener información suficiente sobre cómo adquirir este tipo de seguro.
El nivel de desinformación y la falta de cultura de prevención se reflejan en cifras como que solo el 25% de las viviendas en el país está protegido; de estas, el 20% está asegurado a través de hipoteca y únicamente el 5% por iniciativa propia.
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