El boom de las startups en América Latina, particularmente las plataformas o apps financieras, se puede explicar por el acceso que brindan respecto a múltiples servicios que históricamente tenían barreras de entrada para gran parte de la población.
De esta manera, se ha generado una de las transformaciones digitales más aceleradas a nivel global.
Durante los últimos años, ha emergido una cantidad significativa de nuevos actores con modelos innovadores de negocio al ofrecer productos que entienden las necesidades de las nuevas generaciones, así como de las personas que no podían tener acceso al sistema financiero o, parte de los servicios de dicho sistema.
En este sentido, las plataformas han logrado combinar los beneficios de la digitalización, ya que tienen una oferta que representa ventajas para los consumidores y generan una mayor inclusión.
Estas apps abarcan diversos sectores de especialidad, desde aquellas que ofrecen préstamos para PyMEs o créditos personales, hasta las que brindan asesoría financiera o permiten que los usuarios tomen el control de sus propias inversiones.
Dentro del segmento de las inversiones, dos elementos han sido fundamentales para la expansión y popularidad de las aplicaciones para invertir: la facilidad en el uso de las plataformas y los precios atractivos que ofrecen a los brokers virtuales.
Entre la gama de instrumentos financieros para invertir, hay un mecanismo en particular que se ha vuelto sumamente atractivo para los usuarios por los beneficios que ofrece, nos referimos al mercado de “acciones fraccionadas”.
¿Qué tiene de particular? Supongamos que alguien está interesado en invertir en una de las grandes compañías tecnológicas, aquellas que siempre se encuentran en tendencia tanto en medios de comunicación como en redes sociales por sus propuestas innovadoras y disruptivas.
Sin embargo, lo que le detiene es el hecho de que el precio de cada acción es de aproximadamente cuatro dígitos, en dólares.
Para muchas personas sería complicado poder adquirir la acción completa, es ahí donde toma relevancia este mecanismo, ya que permite adquirir solo una parte de ella y obtener las ganancias de los dividendos de manera proporcional.
Es decir, las inversiones se vuelven accesibles para cualquier persona. Sin importar su presupuesto, los usuarios pueden adquirir acciones de sus compañías favoritas y, si lo desean, pueden tener un portafolio con una mayor diversificación.
Esto tiene dos beneficios inmediatos para las personas que invierten, el primero será la diversificación, que puede ayudar a mitigar riesgos para el usuario y el segundo, es que tendrán mayor control sobre sus inversiones.
Además, una ventaja adicional es que se puede invertir en otros instrumentos como bonos o ETFs. Partiendo de lo anterior, las operaciones son sencillas debido a que los algoritmos dentro de las aplicaciones se encargan de invertir en las acciones fraccionadas, sin necesidad de que el usuario tenga que hacer procedimientos matemáticos complicados, lo que es sumamente práctico, sobre todo para los primeros inversionistas.
Durante 2020, en Estados Unidos compañías como Robinhood agregaron aproximadamente 3 millones de nuevos usuarios, aumentando en 30% el número de clientes.
Por su parte, eToro también incorporó 5 millones de nuevos usuarios, lo que representó un aumento de 40% en sus consumidores.
De acuerdo con información de la compañía Social Finance publicada en 2020, las transacciones fraccionadas representaban 35% de todas las compras de acciones dentro de su plataforma.
Un ejemplo del auge de este tipo de plataformas en México es Flink; la primera empresa de tecnología financiera en el país que permitió realizar este tipo de inversiones.
Su éxito en el mercado nacional se vio reflejado con los más de 1 millón de nuevos clientes capturados en menos de un año tras el lanzamiento del servicio de trading.
De acuerdo con datos públicos de la compañía, aproximadamente 50% de nuevos inversionistas son jóvenes que pertenecen a la generación Z y millennial, lo que confirma la popularidad de este mecanismo.
Entre las empresas más populares para invertir se encuentran las estadounidenses Amazon, Tesla o Apple, mientras que en las empresas mexicanas con mayores inversiones destacan Bimbo, FEMSA o América Móvil, siguiendo con la tendencia de la confianza de inversionistas en compañías mediáticas.
El potencial del mercado en México y América Latina es enorme. De acuerdo con datos del reporte Fintech del BID y Finnovista, todavía existe una importante exclusión financiera en la población de aproximadamente 49%.
Es decir, es un sector que seguirá creciendo y que llegó para quedarse, a pesar de los retos para su pleno desarrollo, principalmente con temas regulatorios y de acceso a infraestructura de telecomunicaciones.
Sin embargo, los gobiernos latinoamericanos ya comienzan a considerar las regulaciones en la materia como una prioridad dentro de la agenda pública.
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