Covid-19: Gestión de una crisis inédita en los gobiernos

La rapidez con la que el Covid-19 se ha transmitido por todo el planeta ha retado a los gobiernos, llevándolos a actuar de formas normalmente reservadas para tiempos de guerra o desastres naturales, y a tomar acciones extremas para limitar el costo humano y el impacto económico, ocasionando así una convulsión que durará meses o, incluso, años. Esta situación representa uno de los más grandes e impactantes conjunto de acciones y políticas públicas que hayamos visto.

Cada ciudadano y la sociedad en su conjunto, envueltos en una crisis inédita y ante la sobreinformación disponible, esperan y buscan que sus gobiernos y servidores públicos les proporcionen liderazgo, así como una guía clara e información precisa y puntual; pero, sobre todo, esperan que su salud y seguridad sean resueltas y antepuestas a cualquier cuestión, lo que representa una presión enorme para los funcionarios, ante una restricción de recursos materiales, financieros y humanos, para atender tres frentes simultáneos:

  • Crisis de salud.
  • Crisis económica.
  • Mantener la operación de la administración pública.

La velocidad con la que programas y acciones antes desconocidos deben ser anunciados y ejecutados frecuentemente puede dejar espacio a dudas, desconfianza e interpretaciones ambiguas, por lo que los líderes del sector público deberían prepararse y aprovechar de experiencias de otras geografías, para diseñar planes que consideren las tres fases en las que deberán actuar:

Una situación tan compleja y demandante, como la actual pandemia, requiere que los gobiernos, a nivel federal, estatal y municipal, en todos sus sectores sustantivos y administrativos, tomen decisiones “en tiempo real”, pero, además, que lo hagan con innovación, creatividad y, sobre todo, de manera integral, creando resiliencia y preparándose para una gestión futura, con la mayor efectividad y eficiencia posibles.

El plan maestro debe nacer como una herramienta ante todo flexible, con una hoja de ruta estructurada con las tres fases antes mencionadas, considerando plazos y acciones asignadas a un responsable, con entregables o resultados precisos, además de indicadores clave sencillos y claros, que permitan dar seguimiento y rendir cuentas de manera razonable. La línea de tiempo trazada será una referencia viva y dinámica, pues, como ha señalado el Dr. Anthony Fauci: “Tú no decides la línea de tiempo, el virus decide la línea de tiempo.

Actualmente, y durante varias semanas más, nos encontraremos en la fase de “Responder”, en la que se gestionan acciones inmediatas, como el distanciamiento social, medidas de higiene, restricción de movilidad, cierre temporal de actividades económicas no esenciales, suministro urgente de insumos médicos y asistencia económica emergente.

En esta fase inicial, la prioridad es contener la expansión del virus, mitigando el impacto en la población, gestionando los servicios de salud pública y privada, así como la supervivencia económica; al mismo tiempo, se debe asegurar la continuidad de la administración pública y las actividades esenciales, con la máxima flexibilidad y velocidad posibles. No menos importante es prepararse oportunamente para la siguiente fase, “Recuperar”, enfocada a retomar el desarrollo económico y el regreso a la normalidad.

Cada administración deberia encontrar y gestionar una ruta única y particular, adaptada a sus necesidades específicas, al tiempo que cumple con las políticas definidas a nivel central, que buscan resolver los retos comunes para toda una nación, hacia el bienestar de sus ciudadanos.

 

 

EXCELSIOR

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