Los diputados rusos adoptaron ayer en segunda lectura las enmiendas constitucionales impulsadas por el presidente Vladimir Putin, que le abren la vía a perpetuarse en el poder.
El texto fue aprobado por 382 votos a favor, 44 abstenciones y ningún voto en contra en la Duma, la Cámara baja del Parlamento. La tercera y última lectura tendrá lugar el miércoles e inmediatamente después, el texto será sometido al visto bueno de la cámara alta, el Consejo de la Federación.
En un discurso ante el Parlamento, Putin consideró que es “posible reinicializar” el periodo que limita a dos los mandatos presidenciales, tras la adopción de la revisión constitucional, a condición de que “los ciudadanos la aprueben” y dejó en manos del “Tribunal Constitucional que confirme que ello no es contrario a la ley fundamental”.
Putin concluye su actual mandato en 2024 y sin reforma constitucional no podría presentarse a un tercer mandato consecutivo.
Tras 20 años en el poder en Rusia, Putin, de 67 años, considera que un “poder presidencial fuerte es absolutamente necesario en Rusia” y que la “estabilidad (…) debe ser prioritaria”. Para él, Rusia necesita “cambios mediante la evolución”, ya que ha vivido en su historia “bastantes revoluciones”.
“Habrá un día en que el poder supremo (…) no estará vinculado a una persona específica”, agregó.
Horas después de la intervención de Putin, el alcalde de Moscú prohibió las concentraciones de más de cinco mil personas hasta el 10 de abril, oficialmente para intentar contener la epidemia del coronavirus.
Si la Corte Constitucional da su luz verde, lo que es bastante probable, Putin podrá permanecer en teoría dos mandatos más, hasta 2036.
Putin también dijo que se opone a la celebración de elecciones legislativas anticipadas, como muchos diputados proponen en el marco de su profunda reforma constitucional.
Los diputados de la Duma adoptaron también todas las otras propuestas que el jefe de Estado presentó en enero y que modificarán el sistema político, las garantías socioeconómicas y afianzarán los valores sociales conservadores que propugna el Presidente ruso.
También refuerzan el poder presidencial, sobre todo, en materia de nombramiento de jueces.
Según las encuestas, más de la mitad de los rusos no entienden las enmiendas constitucionales ni ven sentido a su reforma. Analistas han concluido que todo era una cortina de humo para que Putin siga a toda costa en el Kremlin.
Heraldo de México