La adquisición de una vivienda, además de ser una solución de uso residencial, es una inversión a largo plazo. Es el activo más importante del portafolio de los hogares, quienes adquieren de uno a dos inmuebles durante su ciclo productivo, indicó Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com.
Aunque los bienes raíces pueden ser una inversión más segura que otro tipo de activos, como acciones bursátiles, también hay ciertos factores que los pueden afectar directamente.
Los riesgos
Considera que elementos como el tipo de inmueble, la ubicación y la vida útil de una propiedad influyen en el precio y en los rendimientos que podrías lograr.
También debes seguir invirtiendo en el mantenimiento, ya que la vivienda podría deteriorarse y reducir los ingresos que obtendrías en el largo plazo.
Además, como cualquier inversión es necesario tener conocimiento del mercado inmobiliario y contar con un buen asesor legal, para evitar tener problemas como la falta de escrituras, un inmueble intestado o que no esté libre de gravamen.
“Considera desde la plusvalía esperada hasta las condiciones macroeconómicas que influyen en la oferta y la demanda de las propiedades. Saber esta información te permitirá calcular el valor futuro de tu bien y el rendimiento que puedas obtener”, explica el grupo financiero Banco Base en su portal.
González destacó que la decisión está sujeta a choques de volatilidad que impactan en las expectativas de rendimiento, así como en los planes de consumo o inversión en otros activos del portafolio.
Las recomendaciones
Uno de los primeros pasos para invertir en bienes raíces es buscar la orientación de un asesor inmobiliario que te ayude a identificar las propiedades que ofrezcan mejores perspectivas de retorno de acuerdo con su plusvalía y la situación del mercado, indica Banco Base.
De acuerdo con un sondeo realizado por el crowdfunding inmobiliario M2CROWD, los aspectos que la gente considera más importantes al invertir en bienes raíces son: que las instituciones cumplan con las disposiciones regulatorias (42 por ciento), que las empresas que ofrecen los servicios tengan las autorizaciones correspondientes para operar (29 por ciento) y saber puntualmente dónde se guarda el dinero que invirtieron (14 por ciento).
Asimismo, cada persona tiene un perfil de riesgo que influye en el tipo de activo residencial que podría adquirir.
“Si este es neutral, propenso o adverso al riesgo entonces su residencia cuenta con un perfil diferente de valor, uso, ubicación y plusvalía”, señaló Leonardo González.
Agregó que un usuario propenso a asumir más riesgo durante el ciclo de adquisición de un inmueble residencial apuesta más que los demás por mayores rendimientos o una revalorización más acelerada de su activo a largo plazo.
“La recomendación de asignación a servicios de vivienda es del 30 a 40 por ciento. Por lo que cabría esperar que aquellos usuarios adversos al riesgo se posicionen hacia el 30 por ciento, aquellos neutrales en el 35 por ciento y los propensos hacia el extremo del 40 por ciento”, apuntó el analista.
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