El presidente estadunidense, Donald Trump, despidió anticipadamente a la delegación mexicana encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, que se prepara para dialogar con su gobierno este miércoles, declarando que no había de que hablar, mientras sus asesores señalaron que México tiene que frenar la migración a través de su territorio, controlar el narcotráfico y aceptar ser un tercer país seguro para los solicitantes de asilo a Estados Unidos.
“México está enviando una gran delegación para platicar sobre la frontera. El problema es que ellos han estado ‘hablando’ durante 25 años. Queremos acción, no platicar”, escribió Trump por tuit este domingo. Insistió en que los mexicanos podrían resolver la crisis fronteriza en un día, si lo desearan
.
Poco antes, al prepararse para su viaje a Europa esta semana, y después de entrometerse en la política interna de Gran Bretaña horas antes de llegar a Londres este lunes, reiteró que “el problema es que México es un ‘abusador’ de Estados Unidos, tomando pero nunca dando. Ha sido así durante décadas…
“O frenan la invasión de nuestro país por narcotraficantes, cárteles, traficantes humanos… lo cual pueden hacer fácilmente, o nuestras muchas empresas y empleos que tontamente han sido autorizadas a mudarse al sur de la frontera regresarán a Estados Unidos a través de impuestos (aranceles). ¡Estados Unidos ha aguantado suficiente!”
El jefe de gabinete de Trump, Michael Mulvaney, detalló que México necesita hacer cosas específicas
para que las condiciones mejoren dramática y rápidamente
, para evitar que se impongan los aranceles de 5 por ciento a partir del 10 de junio sobre todo producto mexicano importado por Estados Unidos, y que se incrementarán cada mes hasta llegar a 25 por ciento si no frena el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Mulvaney y Kevin McAleenan, el secretario en funciones de Seguridad Interna, indicaron durante este fin de semana en noticiarios y en teleconferencia con reporteros tres rubros en que México debe mejorar
: imponer mayor control sobre del ingreso de inmigrantes en la frontera sur de México, actuar más efectivamente contra los negocios ilícitos de transporte de inmigrantes y drogas y permitir que más migrantes soliciten asilo en México en lugar de Estados Unidos, lo que en esencia, aunque no lo nombraron, es un objetivo de hace meses para que México acepte un acuerdo para servir como un tercer país seguro
.
Sin embargo, los funcionarios no ofrecieron detalles sobre cómo su gobierno evaluará la mejora
de México, sugiriendo que ellos lo harán de forma discrecional. Mulvaney explicó que “intencionalmente dejamos la declaración tipo ad hoc”; el sábado sólo reiteró que el éxito de los esfuerzos que exigen de México se medirá por el número de gente cruzando la frontera, y ese número necesita empezar a reducirse de inmediato de una manera significativa y sustancial
.
Mulvaney comentó en Meet the Press de NBC News que lo que provocó el anuncio sorpresivo de Trump amenazando a México con aranceles si no frenaba la migración fue el ingreso en un solo incidente de más de mil indocumentados, algo caracterizado como sin precedente por la Casa Blanca. Unas 24 horas después de eso, Trump hizo su anuncio.
Mientras tanto, la delegación del gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard –y a la cual se están sumando la secretaria de Economía, Graciela Márquez, y el coordinador de asesores del Presidente, Lázaro Cárdenas Batel, entre otros–, se ha estado preparando para lo que llaman una cumbre
con una delegación del gobierno de Trump encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, citada para este miércoles.
Continuaron las protestas y críticas de la medida anunciada por Trump el jueves por parte de un creciente coro de líderes empresariales y políticos de ambos partidos. Es notable que en coyunturas de poco acuerdo bipartidista, legisladores de alto perfil de ambos partidos han rechazado el anuncio de Trump, con algunos expresando alarma no sólo por el daño económico que podría implicar para sus respectivos estados o descarrilar el proceso de aprobación de la nueva versión del tratado de libre comercio, sino que podría detonar una recesión económica en este país.
Justo por los daños potenciales de esa medida, algunos expresaron dudas de que el presidente se atreverá a implementar su amenaza. El senador John N. Kennedy, quien calificó la medida de un error
, comentó que por sus efectos negativos aquí, no creo que el presidente impondrá estas tarifas
. Pero Mulvaney insistió este domingo en que el presidente está absolutamente serio
sobre los aranceles, y aseguró que no considera que habrá consecuencias para los consumidores estadunidenses.
La Jornada