El Museo Van Gogh de Ámsterdam anunció ayer que ya no prestará a pinacotecas de otros países el célebre lienzo Los girasoles, que el maestro holandés pintó en el sur de Francia en torno al 1889, porque el estado de la pintura es “estable pero vulnerable”.
Una conclusión importante de la investigación es que las capas de la base y la pintura son estables, pero muy sensibles a las vibraciones, cambios en la humedad y temperatura del aire. Es importante que la pintura se mueva lo menos posible y (permanezca) en un clima estable”, explicó ayer el director del museo, Axel Rüger. La extensa investigación que se lleva a cabo desde hace varios años sobre el estado del cuadro mostró estas señales de “vulnerabilidad” y, por esa razón, los expertos del museo “han decidido que Los girasoles ya no viajan más”.
El pasado día 11, el Van Gogh anunció que traslada el lienzo al estudio del museo para ser sometido a una breve restauración durante seis semanas y para completar esta investigación realizada por especialistas internacionales.
En los 47 años de vida del Museo de Van Gogh, este cuadro sólo se ha prestado seis veces, todas en ocasiones muy excepcionales; la última, en 2014 a la Galería Nacional de Londres.
Esta pintura, que volverá a verse en el museo de Ámsterdam el próximo 22 de febrero, es una de las obras más conocidas de Van Gogh, quien hizo cinco cuadros de girasoles cuando se marchó en 1888 a París para pintar el paisaje soleado del sur de Francia.
El museo holandés atesora una de estas obras, mientras que las otras cuatro se encuentran en Tokio, Múnich, Londres y Filadelfia.
Alojado en una casa en la Provenza (Francia), Van Gogh invitó a su amigo Paul
Gauguin para que ambos pintaran juntos y, mientras esperaba a que llegara, decidió crear algunos cuadros de girasoles para decorar su habitación.
El próximo verano está prevista en Ámsterdam la exposición Van Gogh y los girasoles, en la que se explicarán los resultados de la investigación y la restauración.
Fuente: Excelsior