n la Casa Blanca se experimenta un ambiente caótico, con un Presidente temperamental a quien hay que esconderle documentos para que no tome decisiones contraproducentes basado en su carácter irritable, escribió una fuente cercana a Donald Trump en un artículo anónimo publicado en el diario The New York Times.
La respuesta del mandatario al señalamiento de que es propenso a una ira que lo ciega fue, precisamente, estallar en ira.
Luego ordenó que el Departamento de Justicia investigue quién o quiénes serían responsables del artículo titulado Soy parte de la resistencia dentro de la administración Trump.
Es la primera vez que el FBI investiga entre funcionarios del gabinete y otros cercanos a Trump, como si dentro de la Casa Blanca hubiera un espía.
Con ello, cada miembro del gabinete y los funcionarios con acceso a la Casa Blanca se han convertido en sospechosos. Al clima de inestabilidad que menciona el artículo, ahora se suma la desconfianza.
Trump calificó de “cobarde” al articulista por recurrir al anonimato, y su portavoz, Sarah Sanders, declaró que quien escribió ese artículo, obviamente está en desacuerdo con la administración y, por lo tanto, debe renunciar.
Pero los días pasan sin que se encuentre al autor y sin que se sepa de alguna renuncia, y el impacto parece haber influido en las encuestas.
De acuerdo con sondeos de la cadena CNN, las simpatías por Trump cayeron seis puntos porcentuales en las últimas semanas, a escasos dos meses de las elecciones en las que el Partido Republicano se juega sus mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes.
El Presidente, sin embargo, afirma lo contrario, al decir que las cifras de aprobación a su desempeño están “cada vez más altas, y ya nadie me alcanza para el 2020”.
Palabras clave
Expertos en lenguaje creen que un análisis a fondo del artículo anónimo podría ayudar a encontrar al autor, aunque sería difícil por el estilo de edición de The New York Times y a que, consideran, se incluyeron pistas que consideran falsas, como la frase “la estrella del norte”, usada por el vicepresidente Mike Pence.
Apelan a una combinación de uso del lenguaje, estadísticas e informática para hallar al autor, tal como se hace para resolver crímenes y misterios históricos, según publicó
el diario Chicago Tribune.
Se calcula que hay unas 50 personas que entrarían en la categoría de alto funcionario que podría ser el autor del artículo.
Se podría analizar cómo escriben, las palabras que emplean, cuáles usan pegadas, la ortografía, la puntuación e incluso los tiempos de los verbos, según los expertos consultados.