En varias partes del mundo están explotando la escasez de mascarillas, respiradores y otros equipos médicos esenciales para hacer frente a la pandemia del COVID-19, con el fin de obtener ganancias ilícitas a medida que los países luchan por contener los contagios.
Un informe de Europol detalla cuatro vías principales para actividades ilícitas: ciberdelincuencia, fraude, falsificaciones y bienes de calidad inferior, y crimen organizado contra la propiedad.
Los delincuentes manufacturan y venden productos de alta demanda como mascarillas o medicamentos, se hacen pasar por trabajadores médicos para entrar a casas o negocios, y acceden a una mina de oro informática cuando muchos europeos ahora hacen sus trabajos por internet en casa.
Los ataques informáticos que utilizan el miedo al COVID-19 como señuelo se han multiplicado por cinco desde marzo, según fuentes del gigante de ciberseguridad rumano Bitdefender. El caso más delicado es el que sufrió Alemania, que vio cómo su primer gran envío de mascarillas —seis millones de unidades con un costo de 241 millones de euros— desaparecieron “misteriosamente” del aeropuerto de Kenia, informó la revista alemana Spiegel.
España denunció el envío de China de 58 mil tests rápidos que estuvieron defectuosos, ya que tienen una alta tasa de falsos negativos, lo que aumenta el riesgo de descartar contagios.
En el caso de los Países Bajos, la semana pasada, la Policía arrestó a un hombre y una mujer de 27 años, sospechosos de intentar defraudar a los hospitales por “millones de euros” ofreciendo una gran cantidad de máscaras faciales que “probablemente no existían”.
La Interpol advirtió que han surgido en línea tiendas falsas, sitios web, cuentas de redes sociales y direcciones de correo electrónico que afirman vender máscaras quirúrgicas y otros equipos médicos que escasean.
En otra modalidad de esas estafas, los delincuentes llaman a las víctimas, fingen ser personal de un hospital, les informan que un familiar ha caído enfermo y exigen el pago por el tratamiento médico.
“Los delincuentes están explotando el miedo y la incertidumbre creados por COVID-19 para aprovecharse de ciudadanos inocentes que solo buscan proteger su salud y la de sus seres queridos”, dijo el secretario general de la Interpol, Jürgen Stock.
“Cualquier persona que esté pensando en comprar suministros médicos en línea debe tomarse un momento y verificar que en realidad está tratando con una compañía legítima y de buena reputación, de lo contrario su dinero podría perderse por delincuentes sin escrúpulos”.
Un ciberataque a un hospital en la República Checa, en donde se hacen pruebas de COVID-19, forzó la cancelación de cirugías programadas, informó la Europol.
La actividad delictiva relacionada con el coronavirus no se limita a Europa, un operativo en 90 países de todo el mundo supervisado por la Interpol encontró sospechosos en busca de dinero rápido, a través de la venta de mascarillas y medicamentos falsificados.
Los medicamentos falsos carecen con frecuencia del principio activo o tienen su dosis alterada. En otros casos, los fármacos son auténticos pero han sido robados y están caducados.
Interpol prohibió el trabajo de 37 grupos delictivos y confiscó 34 mil mascarillas de menor calidad, y más de 14 millones de dólares en medicamentos.
Heraldo de México