Gibraltar, que goza de un dinamismo económico envidiable, podría unirse al Espacio Schengen para garantizar la libertad de circulación en su frontera con España, ahora que Reino Unido inició su divorcio (Brexit) con la Unión Europea (UE).
El Espacio Schengen hace referencia a una zona en la que 26 naciones europeas, cuatro de ellas no forman parte de la UE, reconocieron la abolición de sus fronteras interiores con otras naciones miembros y fuera de ellas para la libre circulación de bienes, servicios, capital y de viajeros sin pasaporte.
Gibraltar es un monte y un territorio británico en ultramar, ubicado en la costa sur de España. Está dominado por el Peñón de Gibraltar, una cresta de caliza de 426metros de altura.
En este territorio, se establecieron primero los moros en la Edad Media. Las capas de fortificaciones incluyen los restos de un castillo morisco del siglo XIV y los Túneles del Gran Asedio del siglo XVIII, que se expandieron en la Segunda Guerra Mundial.
Atendiendo al artículo X del Tratado de Utrecht, “la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas” serían una propiedad a perpetuidad de la Corona británica en territorio de jurisdicción española, debiendo retornar a España si Reino Unido renunciara a dicha propiedad.
Pero la salida de Reino Unido de la UE, que se oficializó, el pasado 31 de enero, con la despedida de los británicos de las instituciones europeas en un proceso de 11 meses, supone la salida de Gibraltar del bloque.
El embajador de Reino Unido en España, Hugh Elliot, afirmó la semana pasada que “el estatus de Gibraltar no va a cambiar” con el Brexit y ha apostado por centrarse en la “agenda común” que interesa tanto al Peñón como a España, tal es la fluidez del tránsito en la Verja.
Se trata del único lugar (salvo Irlanda) donde Reino Unido tiene una frontera terrestre de 6.2 km2 con otro país de la UE (España). Ahí, entre británicos que hablan español con acento andaluz, está el paso fronterizo más pequeño del Brexit.
Con una actividad agrícola o industrial inexistente, la economía gibraltareña se basa en los derechos de aduana, los ingresos procedentes de la base naval, los juegos online, el turismo y los servicios financieros.
El territorio británico de ultramar es uno de los lugares más ricos, en renta per cápita, del mundo. Y en Gibraltar esencialmente no hay desempleo: la cifra oficial es de uno por ciento.
En el municipio español de La Línea de la Concepción, contiguo a Gibraltar –y donde se sitúa la Verja–, la tasa de desempleo supera el 30 por ciento.
Hasta ahora, las empresas podían registrarse en Gibraltar y comerciar con toda la UE, beneficiándose de la menor tasa impositiva del enclave británico.
Un paso sin obstáculos por esta frontera también interesa a los 30 mil habitantes del enclave y a los españoles que trabajan en Gibraltar. Cerca de 14 mil, en su gran mayoría españoles, pero también de otras nacionalidades, cruzan diario la frontera, a pie o en automóvil, para ir a trabajar a Gibraltar, donde el desempleo es cero.
DISPUTA CON ESPAÑA
El ministro principal de Gibraltar minimizó el riesgo de que el gobierno español, que encabeza Pedro Sánchez, ejerza presión en las negociaciones retrasando el paso a través de controles reforzados en la frontera, cuando ni Gibraltar ni Londres podrán recurrir a la Unión Europea.
España y Reino Unido firmaron en 2019 una serie de memorandos de entendimiento bilaterales, sobre los aspectos más delicados de la relación futura de ambos territorios, entre ellos la cooperación aduanera y policial, y los derechos de los trabajadores transfronterizos.
El problema es mayúsculo para el gobierno británico que encabeza Johnson, porque no sólo se trata de Gibraltar, también Escocia ya levantó la mano para independizarse de Reino Unido y, con el paso de los meses, es posible que existan roces fronterizos entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Heraldo de México