Dormir es un proceso que requiere de atención y cuidado, pues las personas con alteraciones del sueño presentan irritabilidad, falta de concentración, afectan su capacidad de memoria y aprendizaje, y su ausencia desarrolla diabetes e hipertensión.
Jannet Ruiz Ornelas, catedrática del departamento de Psicología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, señaló en un comunicado, que al dormir el cuerpo se encuentra en un estado fisiológico que de no llevarse a cabo de manera correcta, puede afectar al bienestar de las personas.
La maestra en neuropsicología clínica explicó que si no se duerme bien, al menos tres noches de un mes o una semana, podría presentarse un trastorno del sueño que debe ser atendido.
Ruiz Ornelas manifestó que el insomnio es uno de los más frecuentes, pues la luz artificial de aparatos como tablets, celulares, computadoras y televisores afecta la producción de melatonina que secreta la glándula pineal y funciona para que los ciclos de sueño se cumplan.
También se presenta la apnea del sueño, que se desarrolla cuando por periodos cortos se limita u obstruye la ingesta de oxígeno, así como el Síndrome de Piernas Inquietas, por el cual la persona afectada necesita moverse constantemente para cumplir su horario de sueño normal.
La catedrática manifestó que es indispensable promover hábitos de higiene del sueño, en particular entre las personas adultas y estudiantes de educación superior, pues las alternaciones son influidas por el ritmo escolar y laboral, la exposición a dispositivos electrónicos que emanan luz durante la noche, la ingesta de alcohol, café y tabaco antes de dormir, este último altamente relacionado con la apnea.
Al advertir que la falta del sueño afecta tanto a una persona que no ha dormido en 72 horas, como a una que duerme entre tres y cuatro horas diariamente durante 15 días, expuso que algunos hábitos de higiene del sueño son recurrir a técnicas conductuales de relajación y cenar ligero.
Además, evitar la realización de ejercicio vigoroso de dos a tres horas antes de dormir, no consumir bebidas obscuras, como café, té negro o bebidas de cola.
Asimismo, evitar la exposición a aparatos que emanen luz como el televisor, entre otros, aunque según la severidad del problema, se puede acudir a psicoterapia o con un psiquiatra para la administración de medicamentos cuando se trate de una alteración fisiológica.
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