Seguramente habrás oído hablar de los múltiples beneficios del agua tibia con limón. Este hábito forma parte de la medicina tradicional china y nos ayuda a estabilizar el ritmo natural de nuestro cuerpo, a desintoxicar el organismo o mejorar las funciones del sistema digestivo. Sin embargo, una nueva receta comienza a sonar con fuerza entre los amantes de la vida sana: el consumo de agua caliente en ayunas. Esto puede resultar chocante para algunas personas, sobre todo ahora en verano, pero si lo pruebas durante al menos 15 días los expertos aseguran que tu salud se verá recompensada. ¿Qué propiedades acompañan a esta práctica alimentaria?
Mucho más que el yin-yang
La cultura china vuelve a estar detrás de este método curativo que destaca por su eficacia y simplicidad. Siglos atrás, los curanderos del Lejano Oriente recomendaban la ingesta de agua caliente para corregir el desequilibrio entre el yin y el yang. Este se hacía notar a través de una sed insaciable, episodios de sudoración, retención de líquidos, escalofríos o cansancio mental. Los chinos creían que bebiendo agua caliente a diario solucionaban dicha inestabilidad, una creencia que ahora forma parte del pasado, pero cuyos efectos han resultado ser más verídicos de lo que parecían.
No obstante, a pesar de los beneficios que aporta a nuestro organismo, es importante tener cuidado con la temperatura que alcanza el líquido antes de su consumo. Y es que el agua demasiado caliente puede provocar la abrasión del esófago, según un estudio en la materia. «Los resultados muestran que ingerir bebidas muy calientes probablemente causa cáncer en el esófago y que es la temperatura, y no las propias bebidas, la que parece responsable», señaló en un comunicado Christopher Wild, director de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Bajo esta premisa, se recomienda calentar el agua a unos 37º, una temperatura similar a la del cuerpo humano.
En cuanto al mejor momento del día para poner en práctica este sistema, son muchos los expertos que aconsejan hacerlo media hora antes de desayunar, aunque también resulta muy productivo antes de ir a dormir. En el caso de que no te apetezca beber agua caliente a primera hora de la mañana, siempre puedes echarla en un termo e ir dando sorbos poco a poco. Una vez finalizado el ‘ritual’, ¿cómo afecta a nuestro organismo?
Un extenso listado de beneficios
Una forma natural de perder peso. “El consumo de agua caliente favorece nuestras posibilidades de comer pocas calorías por día. […] También cercena los antojos, hidrata nuestro cuerpo y sale de nuestro estómago la sensación de saciedad en comparación con el agua fría. Si bebes agua caliente durante las comidas, te sentirás satisfecho más pronto y, por lo tanto, terminarás comiendo menos”, aseguran desde la plataforma Barcelona Alternativa.
Un hidratante muy eficaz.
Volviendo a la hidratación, está comprobado que el agua caliente hidrata más que la fría, pues el organismo tarda mucho en absorberla. Esto desemboca en una hidratación adicional de la piel, un remedio contra las células dañadas y un aumento de la elasticidad de la dermis.
Equilibra el sistema nervioso.
Beber agua caliente en ayunas ayuda a depurar el estómago, preparándolo para digerir mejor los nutrientes que consumas a lo largo del día. Esto se debe a que el ambiente que hay en tu interior está libre de toxinas, mejorando así la salud del sistema nervioso y el proceso digestivo. Además, algunos estudios aseguran que también es una herramienta de lo más favorable para controlar el estrés y la ansiedad.
Reduce los calambres menstruales.
Las mujeres encontrarán en este hábito un gran aliado durante el ciclo menstrual. Y es que el agua caliente es un antídoto ideal para combatir dolencias tan comunes como los calambres musculares, el dolor de cabeza o los síntomas propios de la menstruación. “La razón es que el calor tiene un efecto calmante que logrará reducir los dolores y relajar el cuerpo”, defienden desde Clínicas Vicario. Además, “si sufres calambres musculares has de saber que el agua caliente estimula la circulación de la sangre, con lo que va a ser un aliado idóneo para tratar lesiones o bien disminuir el dolor de los calambres”, añaden.
Fortalece el sistema inmunitario.
Beber agua caliente ayuda a estimular el sistema inmunológico, consiguiendo así que nuestro cuerpo esté totalmente protegido del ataque de agentes externos como, por ejemplo, virus o bacterias. Y no solo eso, también trata el tejido inflamado y enfermo, lo limpia y reduce el dolor.
Alivia el estreñimiento.
“Hay bastantes personas que sufren estreñimiento puesto que la dieta que se lleva actualmente es bajísima en fibra y acostumbramos a tomar recetas que son bastante difíciles de digerir, por lo tanto, el tránsito intestinal se ralentiza y nuestro cuerpo no se limpia adecuadamente. Es entonces cuando aparece estreñimiento”, explican desde Clínicas Vicario. El agua caliente puede generar espasmos intestinales, lo que en consecuencia estimula el tránsito intestinal.
Fuente: Plano Informativo