Las personas que se adhieren a una dieta saludable como la mediterránea tradicional tendrían mayores probabilidades de prevenir una depresión, por lo que la nutrición podría contribuir a tratar ese trastorno mental, sugiere un equipo internacional de investigadores.
Especialistas en salud pública, psiquiatría y nutrición evaluaron el papel de las intervenciones dietéticas en la depresión con la intención de poder desarrollar recomendaciones para la futura atención de la salud psiquiátrica, ya que el trastorno conlleva elevados costos sociales.
Los investigadores realizaron una revisión sistemática de índices y resultados de 41 estudios, longitudinales y transversales, sobre el cumplimiento de dietas saludables en relación con síntomas depresivos o depresión clínica, con lo que buscaron sintetizar el vínculo entre la calidad de la alimentación y el trastorno.
Las estimaciones se combinaron mediante un metanálisis de efectos aleatorios con una variedad de medidas dietéticas, como diferentes medidas de adherencia a la dieta mediterránea, Índice de Alimentación Saludable y alternativa, enfoques dietéticos para detener la hipertensión y el Índice Inflamatorio de la Dieta.
La evidencia más convincente se encontró entre la dieta mediterránea y la depresión incidente, pero también un menor Índice Inflamatorio de la Dieta se asoció con una menor incidencia de depresión, de acuerdo con los resultados publicados en Molecular Psychiatry, publicación científica de la revista Nature.
Una dieta basada en frutas, verduras, granos, pescado, nueces y aceite de oliva, pero sin demasiada carne o lácteos, pareció tener beneficios en términos de estado de ánimo, concluyen los investigadores de Reino Unido, Francia, Australia y España.
La doctora Camille Lasalle, del University College London, afirma que la evidencia apunta a la idea de que los alimentos que consumimos pueden hacer una diferencia para reducir nuestro riesgo de depresión, aunque todavía no hay una prueba clínica sólida.
Expertos en medicina metabólica dicen que se necesitan ensayos más rigurosos y específicos para confirmar la evidencia del posible vínculo y determinar si la depresión puede tratarse con dieta.
De hecho, explicar el vínculo entre el estado de ánimo y la comida es complicado, pues hay muchos factores que pueden estar involucrados.
La depresión puede causar pérdida de apetito y alguien que se siente mal puede no cuidarse tan bien, mientras que las personas felices pueden ser más propensas a llevar estilos de vida más saludables, incluso no beber alcohol que es un conocido depresor del estado de ánimo.
Puede ser que comer alimentos malos, mucha azúcar y alimentos altamente procesados, aumente el riesgo de depresión, lo que significa que es importante eliminarlos de la dieta.
La investigación sobre la dieta mediterránea tradicional ha demostrado que puede reducir nuestro riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión y colesterol elevado, que son todos factores de riesgo de enfermedad cardíaca.
Los investigadores también descubrieron que las personas que siguen de cerca una dieta mediterránea pueden vivir más tiempo y tienen menos probabilidades de aumentar de peso.
Fuente: Plano Informativo