La pandemia por COVID-19 afectó las finanzas personales de miles de personas alrededor del mundo, ya sea porque tuvieron una disminución de ingresos o un aumento de gastos. Sea cual sea el caso, “el virus cambió nuestros hábitos de consumo y nuestras prioridades de compra”, señala Sebartián Medrano, director de Coru.com, plataforma comparadora de servicios financieros.
Las nuevas tendencias de consumo, el aumento y diversificación de los gastos, además del cambio en las dinámicas diarias, hacen necesario un reajuste de las formas tradicionales de ahorro, las cuales para muchos mexicanos no son importantes, ya que sólo el 32% de los adultos del país ahorra para su futuro, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018.
En México, la población no cuenta con educación financiera que le permita plantear metas de ahorro a largo plazo para imprevistos y el COVID-19 llegó en ese contexto, por ello “la mejor forma para tener finanzas personales saludables en la era post pandemia es empezar desde ahora”, afirma Medrano.
La rapidez con la que nos adaptamos a los nuevos mercados y cambiamos nuestros hábitos será crucial para definir nuestras finanzas a partir del COVID-19 y así evitar daños a nuestro bolsillo.
De acuerdo con Coru, es importante partir de la idea de que (financieramente hablando) la pandemia dividió a la población en tres tipos de personas:
- Con finanzas estables. Quienes tienen o deberían tener finanzas estables son aquellas personas que no sufrieron afectación en sus ingresos y por el contrario, algunos de sus gastos, como vacaciones, ocio, entretenimiento, transporte y demás, disminuyeron.
- Con disminución de ingresos. En este grupo están los trabajadores cuyo ingreso disminuyó leve o significativamente a causa de la pandemia. Y es probable que aunque algunos de sus gastos se recortaron, sus finanzas no sean del todo estables.
- Con pérdida de empleo. Estas personas son quienes están en una línea crítica en términos financieros, ya que al perder su ingreso principal, sus formas de subsistencia están limitadas a su ahorro personal, seguro de desempleo o finiquito.
Sin embargo, estas tres personas tienen algo en común: la preocupación por el ahorro e inversión en salud. Según el estudio Descubriendo el nuevo consumidor post COVID-19, de la empresa Ipsos, “en el corto plazo el nuevo consumidor priorizará el ahorro, la compra de productos frescos y saludables y estará más digitalizado”.
Estos tres pilares formarán parte de las prioridades de gasto en el futuro próximo, por eso es indispensable contarlos como parte del gasto fijo al momento de administrar las finanzas personales.
De igual forma rubros como viajes, vacaciones, comidas fuera de casa, ocio y artículos premium, dejaron de ser consideradas parte del gasto habitual, pero poco a poco veremos reasignación de gasto para estos rubros. La clave está en organizarse desde ahora.
¿Cómo poner en orden nuestras finanzas?
De acuerdo con Coru, la organización de finanzas personales depende en gran medida de las necesidades e ingresos de cada persona; no obstante es posible brindar una serie de recomendaciones generales acorde a los tres tipos de personas que analizamos anteriormente y al contexto post pandemia.
Ahorrar. Para quienes tienen finanzas estables lo importante es ahorrar. “Si tienen un ingreso extra lo mejor es abrir una cuenta de ahorro o contratar un seguro de gastos médicos”. Este es el primer paso para tener finanzas saludables en la era post COVID-19, pero sobre todo este ahorro se tiene que volver un hábito”, señala Medrano.
Reorganizar los gastos. Para quienes tienen disminución de ingresos es importante reorganizar sus gastos y establecer sus nuevas prioridades, de tal forma que se ajusten a su nuevo presupuesto. Para ello deben:
- Hacer un presupuesto. Es tan sencillo como anotar en una hoja dos columnas. Una con los gastos fijos y obligatorios al mes como renta y pago de servicios (se debe incluir la higiene y cuidados por la pandemia) y otra con el ingreso neto.
- Hacer un mapa de deuda. Anotar cuántas deudas se tiene, cuáles están a punto de vencer, cuánto tiempo falta para saldarlas, cuáles representan un gran carga financiera y demás datos que nos permitan tener claro este aspecto y qué tanto es nuestra capacidad de pago.
- Analizar cada decisión de compra. Es importante pensar detenidamente cada compra que no sea un gasto necesario o un pago, Muchas veces nos daremos cuenta de que es posible ahorrar si nos detenemos a pensar en nuestros gastos.
Buscar otras fuentes de ingreso. Para quienes perdieron su empleo la situación es más complicada, ya que sus gastos se ven sumamente afectados. Lo más recomendable en estos casos, además de los tres pasos anteriores, es buscar otras fuentes de ingreso.
Esta situación, si se sabe aprovechar, puede ser una gran oportunidad para emprender. La pandemia, al igual que muchos contextos de crisis ofrece grandes oportunidades para el desarrollo de nuevas ideas y vale la pena considerarlo.
Lo cierto es que a partir del virus, el ahorro y evitar las deudas serán clave para tener personas con finanzas más sólidas y preparadas para enfrentar cualquier emergencia.
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