Juan Pablo II: Así fue cuando el Papa aseguró que su fervor a la Virgen de Guadalupe le salvó la vida

Este jueves 13 de mayo se cumplen cuatro décadas del atentado que sufrió el Papa Juan Pablo II a manos del extremista turco Ali Agca, cuando en plena audiencia de los miércoles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el pontífice fue atacado con un arma y recibió tres disparos que lo llevaron a ser hospitalizado de emergencia para poder salvar su vida.

El ataque ocurrió a las 17:19 de la tarde cuando ante miles de fieles congregados en la plaza, Ali Agcar disparó contra el Juan Pablo II en al menos dos ocasiones, mientras el instante preciso era captado por fotógrafos y reporteros que se encontraban en ese momento congregados en la audiencia general.

En una entrevista publicada el día de ayer miércoles, en el diario italiano La Repubblica, el entonces secretario privado de Juan Pablo II y colaborador más cercano, el actual cardenal polaco Stanislao Dziwisz, recordó aquel instante en que la historia del mundo cambió y millones de fieles católicos comenzaron a orar por la salud del pontífice, quien había recibido dos disparos; uno en el abdomen y uno más en el brazo derecho.

“El primer disparo provocó el vuelo de una bandada de palomas. Volaban como enloquecidas. Inmediatamente después, el segundo disparo. El Papa se desplomó de lado, encima de mí. Traté de sostenerlo mientras veía entre la multitud a alguien que trataba de huir”, declaró Stanislao Dziwisz durante la entrevista.

El milagro de la Virgen de Guadalupe

Juan Pablo II era un fiel devoto de la Virgen de Guadalupe. FOTO: Especial

El actual cardenal polaco Stanislao Dziwisz, quien acompañaba al pontífice a bordo del “Papamóvil”, aseguró para La Repubblica que en aquel momento, instantes inmediatos a que el papa Juan Pablo II recibiera los disparos, solo pensaba en impedir que Juan Pablo II cayera al piso, y aseguró que el Papa aunque sufría, estaba lúcido.

Tiempo después, y ya con el Papa recuperado, Juan Pablo II le atribuiría su recuperación, y el hecho de salvar su vida, a su fe y fervor en la Virgen de Guadalupe. También en numerosas ocasiones lo mencionó como un “milagro” de la Virgen de Fátima, cuyo día de festeja precisamente el 13 de mayo.

Como prueba de ello Juan Pablo II visitó al artífice del atentado, el turco Ali Agca, en la prisión de Rebibbia el 27 de diciembre de 1983, ahí le dio públicamente su perdón. En aquella ocasión Agcar le preguntó al Papa polaco: «¿Cómo lo hiciste?. ¿Cómo te las arreglaste para salvarte?». Como respuesta el pontífice le atribuyó su salvación a una intervención directa de la Virgen de Fátima: «Una mano disparó, otra mano desvió la bala”, respondió a Ali Agcar en aquel momento.

 

HERALDO DE MÉXICO

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