La noche del domingo la selección de Estados Unidos venció 3-2 a México en la primera final de la Concacaf Nations League tras una prórroga de locura, con penaltis anotados y fallados e incidentes en las gradas por lo que Gregg Berhalter, entrenador de EU, lanzó un duro mensaje a la afición mexicana.
Hacía 14 años que Estados Unidos no le ganaba una final de Concacaf a México y lo hizo con un dramático y polémico final en territorio local, Denver, pero con mayoría de aficionados mexicanos en las gradas que mostraron un comportamiento “bochornoso”, dijo Gregg Berhalter.
Las acciones a las que se refería Berhalter fueron las que se dieron después que Estados Unidos marcó el tercer gol en el minuto 114, cuando Christian Pulisic, delantero del Chelsea, anotó el 3-2 convirtiendo un penal que desató las protestas del público mexicano.
Los aficionados comenzaron a lanzar vasos y botellas llenas de agua que golpearon a algunos jugadores, incluido el delantero de Estados Unidos Gio Reyna, que ya había sido sustituido.
También hubo aficionados que se metieron en el campo, y al igual que en las semifinales ante Costa Rica, el árbitro volvió a parar el juego durante varios minutos en el descuento por el grito homófobico que lanza la afición azteca contra rivales y que la Concacaf trata de combatir.
“Una falta de respeto, pero pudo haber sido peor (…) Este partido está en sintonía con la herencia de la rivalidad entre México y Estados Unidos. Esto forma parte del fútbol, pero hay que saber comportarse dentro y fuera del campo con deportividad”
UNO TV