El principal riesgo que se enfrenta con la pandemia del COVID-19 es una pérdida de empleos que no se podrá recuperar en el mediano plazo, por lo cual, además de acciones de política monetaria, son necesarias medidas de política fiscal, concluyó el Banco de México (Banxico).
De acuerdo con la minuta de la reunión extraordinaria del 21 de abril, cuando la Junta de Gobierno decidió reducir de 6.5 a 6.0% la tasa de interés objetivo, uno de los integrantes informó que entre el 13 de marzo y el 6 de abril se perdieron 347 mil empleos formales, cifra superior a los empleos creados en 2019, y estimó que a ese ritmo se perderían para finales de abril alrededor de 700 mil puestos.
Al respecto, otro de los miembros de la Junta de Gobierno afirmó que son indispensables medidas fiscales que atiendan los efectos de la emergencia sanitaria y apoyen a micro, pequeñas y medianas empresas y a hogares de menores ingresos.
Agregó que para ello se requiere de una reevaluación de las prioridades y la implementación de esquemas que permitan una mayor participación del sector privado en los proyectos de inversión pública.
Finalmente, otro de los miembros indicó que hay poco margen por la fragilidad de las finanzas públicas y de Pemex, lo cual se ha reflejado en el deterioro de la calidad crediticia observado en estos días.
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