Ante los problemas de inseguridad, el gobierno federal se lava las manos al tratar de echar la culpa a los gobernadores, pese a que las principales causas de la violencia son delitos federales como el narcotráfico, el secuestro y las extorsiones, dijo el dirigente del PAN, Marko Cortés.
Responsabilizar a los mandatarios locales de esta situación es un recurso viejo y, al mismo tiempo, una perversidad política, subrayó.
Añadió que no han sido los gobernadores sino el Presidente de la República quien declaró el fin de la guerra al narcotráfico, ordeno dejar pasar y dejar hacer a los narcotraficantes, e instruyó el fin del decomiso de drogas.
“El gobierno nunca asume su fracaso, ni sus errores de cálculo, ni el mal diseño de sus estrategias, ni la mala operación de sus acciones tácticas. Para el gobierno, todos son culpables menos el propio gobierno, que tiene el deber de usar la fuerza y garantizar la seguridad”.
Es momento de que el gobierno presente una estrategia integral y que exista una adecuada coordinación con estados y municipios y suficiente presupuesto, porque en caso contrario la inseguridad irá de mal en peor”, añadió Cortés Mendoza en un comunicado.
El panista resaltó que de nada han servido las supuestas reuniones mañaneras de coordinación en materia de seguridad, si el presidente no estuvo enterado de la captura y liberación de un presunto delincuente en Culiacán y no se pudieron evitar las masacres en Veracruz, Morelos, Coahuila, Michoacán o Sonora.
“De nada han servido sus mañaneras para bajar los secuestros ni las extorsiones. Se supone que para eso son las reuniones de coordinación, pero los malos resultados están a la vista”, insistió el panista.
La Jornada
