Estos son los supuestos beneficios de comerse la placenta

Desde hace unos cuantos años, se puso muy de moda entre las celebridades -y por ende, después en muchas personas comunes y corrientes- comerse su propia placenta después del parto. Claramente, no es que después de dar a luz la tomen y se la coman, claramente no.

Lo que hacen es tomarla y guardarla para después ingerirla en forma de píldoras, como lo hizo Kim Kardashian, o en batidos, que fue el estilo de Hilary Duff.
Lo hacen porque aseguran que trae importantes beneficios para la salud de las madres.
No hay ninguna prueba científica de que el consumo de la placenta traiga algún beneficio real para las mujeres que lo consumen. De hecho, podría ser hasta peligroso porque no hay ninguna regulación para las empresas que hacen estos productos.
Genevieve Howland en su portal Mama Natural, explicó que consumir su propia placenta había mejorado su producción de leche (según ella misma, no está comprobado):
“En 24 horas, noté que mi producción de leche aumentaba sustancialmente. Consumir su propia placenta se sabe que aumenta el suministro de leche. Y ese fue ciertamente el caso conmigo”.
Elizabeth Stark, en su blog Babble, también comentó los beneficios de consumir su propia placenta:
“Para mi sorpresa, no experimenté cambios de humor y tuve más energía mientras tomaba las pastillas (…) Aunque no tengo un estudio revisado por pares para respaldar mi argumento, estoy segura de que comer placenta hizo que esas primeras semanas posparto fueran más fáciles”.
Otros aseguran que consumir la placenta ayuda a controlar los dolores en el cuerpo después del parto, basado en un estudio que reveló que las ratas que comían su placenta sentían menos dolor que las que no lo hacían. ¿Tú qué opinas?

 

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