El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha inspeccionado un submarino recientemente construido en lo que parece un nuevo gesto para presionar a EE.UU. en el marco las conversaciones sobre desnuclearización.
Los medios de propaganda norcoreanos muestran hoy que Kim revisó el sumergible, cuyo despliegue en aguas del Mar de Japón (llamado Mar del Este en las dos Coreas) «está cerca».
Las imágenes muestran el sumergible en dique seco en unas instalaciones cubiertas, pero ni la fecha de la visita de Kim ni la localización de dicha nave han sido precisadas por los medios estatales norcoreanos.
En cualquier caso, todo apunta a que se trata de la base de Sinpo (costa oriental del país), principal centro de desarrollo del programa de submarinos norcoreano, ya que el batiscafo que aparece en las imágenes es la nueva versión avanzada de los sumergibles de la clase Sinpo, con capacidad para lanzar misiles balísticos.
Este nuevo submarino, bautizado como Sinpo C por la inteligencia estadunidense, sería de mayor tamaño y tendría capacidad para lanzar al menos cuatro proyectiles balísticos (el Sinpo solo tiene capacidad para cargar un misil).
El despliegue mediático norcoreano parece inequívoco en cuanto al mensaje que envía a EE.UU. para que se reinicien cuanto antes unas conversaciones sobre desnuclearización que siguen sin mostrar progresos.
El texto y las fotografías subrayan en todo momento el hecho de que los avances del programa norcoreano de misiles balísticos lanzados desde submarino (SLBM) continúan pese al acercamiento con Washington.
A esto se suma el que tres oficiales claves para el programa de armamento norcoreano, Ho Yong-chil, Kim Jong-sik y Jang Chang-ha, acompañaron a Kim durante su visita, según detalla la agencia estatal de noticias KCNA.
La información se publica además coincidiendo con la visita a Seúl del consejero Nacional de Seguridad estadounidense, John Bolton, figura controvertida y duramente criticada por Pionyang dada su insistencia por instar al régimen a que se desarme por completo antes de rebajar ninguna sanción.
Pionyang ha repetido que quiere un proceso de desnuclearización gradual que vaya acompañado de una relajación progresiva de sanciones.
Ambas partes chocaron en la cumbre de Hanói celebrada en febrero y aunque la reciente cumbre improvisada del 31 de julio entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, prometía reiniciar las conversaciones de trabajo a mediados de julio, por el momento no se ha producido ningún encuentro significativo.
Excelsior