Manuel Quevedo, ministro de Petróleo de Venezuela, declaró ayer que la economía y la industria petrolera de su país están bajo el asedio financiero del gobierno de Estados Unidos.
Agregó que esto perturba el flujo del suministro de petróleo al mercado mundial y genera un grave daño económico y sufrimiento al pueblo venezolano
. Así lo expresó en esta ciudad, minutos antes de una reunión de ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores como Rusia y Arabia Saudita.
Al margen de la reunión, Alexandr Nóvak, ministro ruso de Energía, se reunió con Quevedo.
La estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) tuiteó que la reunión entre ambos tuvo como finalidad estrechar las relaciones de cooperación bilateral
.
Quevedo destacó la importancia de mantener una relación de respeto con la Federación Rusa, dando prioridad la cooperación y los acuerdos para mantener la estabilidad del mercado petrolero
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En ese contexto, oficiales de las fuerzas militares de Venezuela supervisaron la venta de gasolina en algunos estados del país para mantener el orden, amenazado por conductores molestos que deben hacer largas filas para surtir sus vehículos, aseguraron testigos en Maracaibo, San Cristóbal, Punto Ordaz, Punto Fijo y Valencia.
Las largas filas de automóviles reaparecieron esta semana debido a una profunda caída de las importaciones que se agravó por las sanciones internacionales y la paralización de la segunda refinería más grande del país.
Este año, el gobierno del presidente estadunidense, Donald Trump, sancionó a PDVSA en un esfuerzo por expulsar al presidente Nicolás Maduro, al tiempo que brindó su apoyo al líder opositor Juan Guaidó.
Las sanciones de Estados Unidos arrebataron al gobierno venezolano Citgo, filial de PDVSA, con sede en Houston, privando a la nación sudamericana de aproximadamente 11 mil millones de dólares.
Las sanciones también restringen el acceso de Venezuela a los diluyentes necesarios para disolver su crudo extrapesado y que éste pueda ser transportado a más de 160 kilómetros desde el campo petrolero a las refinerías, donde es transformado en gasolina.
PDVSA explicó que la compañía cuenta con inventario suficiente para distribuir gasolina de forma oportuna, y denunció que los rumores sólo buscan desestabilizar el normal desenvolvimiento de la distribución de combustible e impulsan las compras de pánico.
En algunas estaciones de la fronteriza ciudad de San Cristóbal, grupos de guardias nacionales con equipos antimotines vigilaron el expendio del combustible. En Maracaibo se ordenó que después del mediodía se despacharan sólo 20 litros por vehículo; en Puerto Ordaz y Punto Fijo la orden de los militares fue entregar de 30 a 40 litros, se quejaron testigos.
En algunas ciudades las fuerzas de seguridad habilitaron surtidores para despachar gasolina a ambulancias, personal médico y vehículos oficiales.
En tanto, unos 29 migrantes venezolanos desaparecieron tras naufragar una pequeña embarcación pesquera en la que partieron el jueves hacia Trinidad y Tobago, aseguró el diputado opositor Robert Alcalá.
La Jornada