Ley antiaborto desalienta producciones cinematográficas en Georgia

No es poca la producción de cine y televisión que se hace en este estado, que ofrece importantes exenciones fiscales a los estudios. Desde taquilleras películas de Marvel como «Pantera negra», «Ant-Man» y «Avengers» hasta exitosas series como «The Walking Dead», «Stranger Things» y «Ozark».

Cuando la legislatura aprobó la llamada ley del «latido del corazón», que prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas de gestación, Alec Baldwin, Don Cheadle, Ben Stiller, Mia Farrow y Amy Schumer se unieron al llamado de boicot de Alyssa Milano.

Pero el gobernador Brian Kemp hizo oídos sordos a la presión de las estrellas de Hollywood y sancionó el martes el texto.

Milano, que irónicamente está en Georgia obligada por contrato a completar el rodaje de una serie para Netflix, aseguró estar dispuesta a dejar el programa si la producción no se muda a otro estado.

«Tengo que estar un mes más» en Georgia para cumplir el actual contrato, «pero pueden estar seguros de que lucharé con las uñas y los dientes para trasladar ‘Insatiable’ a un estado que proteja nuestros derechos», dijo la actriz al sitio BuzzFeed News.

«Y si no se traslada a otro estado, no volveré al programa si somos bendecidos con una tercera temporada».

 «Ley ridícula» –

Georgia ofrece importantes exenciones fiscales, con créditos de hasta 20% y 30%, tiene una geografía diversa y un costo de vida bajo, algo de lo que no puede jactarse California.

El año pasado acogió 455 producciones que inyectaron al estado 2.700 millones de dólares.

«Pero al criminalizar el aborto después de seis semanas, el gobernador Kemp convirtió los millones que se ahorran y los miles de millones que inyectan a la economía del estado en dinero sangriento», escribió la crítica y columnista Mary McNamara.

Varios productores independientes se adhirieron al boicot, como Christine Vachon, David Simon y Mark Duplass, mientras que los grandes estudios de Hollywood muestran cautela.

«Killer Films no considerará a Georgia como una locación viable para filmar hasta que esta ley ridícula sea revocada», escribió en Twitter Vachon, fundadora y presidenta de esta casa productora detrás de filmes como «Carol», «El reverendo» y «Vox Lux: el precio de la fama».

Simon, creador de exitosas series como «The Wire» y «The Deuce», escribió por su lado: «Georgia fuera de la lista [de locaciones] hasta que podamos estar seguros de que las opciones de salud y las libertades civiles de nuestras colegas no se verán afectadas».

«No puedo pedirle a ninguna mujer integrante de una producción cinematográfica en la que yo esté involucrado que se margine o que comprometa la autoridad inalienable que tiene sobre su propio cuerpo», añadió.

El sindicato de guionistas dijo, por su parte, que la ley hace de Georgia un «territorio hostil para quienes trabajan en la industria del cine y la televisión».

Chris Ortman, portavoz de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, que representa los seis principales estudios, dijo el viernes a la AFP que «monitorizan el desarrollo de la situación», conscientes de que antes de que pueda ser puesta en práctica pasará un largo rato en tribunales.

«Es importante recordar que otros estados han intentado aplicar legislaciones similares, que ha sido bloqueadas por los tribunales o están siendo impugnadas. El resultado en Georgia también se determinará a través del proceso legal», indicó, destacando los 92.000 puestos de trabajo creados en ese estado por la industria.

La mayor agrupación de defensa de derechos humanos de Estados Unidos, ACLU, ya prometió entablar una demanda contra la legislación, que considera inconstitucional.

Leyes similares en Ohio, Mississippi, Kentucky, Iowa y Dakota del Norte fueron, de hecho, bloqueadas por la justicia, pero republicanos y activistas antiaborto esperan que medidas como esta precipiten batallas legales que con el tiempo llegarán a la Corte Suprema de Justicia, hoy con mayoría conservadora.

No es la primera vez que se llama a un boicot en Georgia. Pasó el año pasado cuando se impulsó un proyecto que prohibía a parejas del mismo sexo adoptar niños.

Pero lejos de parar, las producciones crecieron.

«Hollywood tiene que irse ya», escribió McNamara, citando en su columna al propio Kemp, que dijo al firmar la ley: «No podemos cambiar nuestros valores personales por dinero».

 

La Jornada

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