El presidente argentino, Mauricio Macri, involucró durante una entrevista televisiva a su padre Franco Macri -fallecido hace dos semanas- en los presuntos delitos del gobierno anterior de Cristina Fernández de Kirchner, como parte de su campaña por la relección en los comicios de octubre próximo.
Durante una conversación con el periodista Luis Majul en el programa “La Cornisa”, del Canal América, el mandatario se contradijo al decir que en Argentina hay una mejoría, a pesar “de las dificultades” y de la necesidad de sacrificios “para no gastar más de lo que se puede”, en momentos en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que desembolsará casi 11 mil millones de dólares. ,
Aunque dijo “comprender” lo que viven los argentinos, víctimas de una inflación galopante, con más de 51 por ciento interanual, cuando siguen cerrándose empresas pequeñas, mediana y grandes, y la industria trabaja a mitad de su capacidad, insistió en que “estamos mejor que en 2015”.
Por otro lado, este mismo lunes una marcha multitudinaria pidió ante el penal de Ezeiza la libertad de los detenidos políticos, cuyo número sigue aumentando con el paso de los días.
Los dichos que más impactaron en el discurso de Macri fueron que hay una marcada reducción de la pobreza (cuando se añadieron otros dos millones de nuevos pobres en este último mes), y la afirmación de que su gobierno ha creado miles de empleos, cuando la desocupación avanza y suman millones de familias afectadas.
Pero también golpeó la acusación contra su padre, el empresario Franco Macri, recién fallecido, al que pidió en su momento que admitiera responsabilidad por las cuentas offshoreen Los Papeles de Panamá, revelados en 2016, que tanto comprometen al mandatario. Lo hizo responsable de sus propias cuentas para no afectar su presidencia.
Macri volvió a hablar de la transparencia y lucha contra la corrupción, al tiempo que pidió en forma directa un proceso contra el juez Alejo Ramos Padilla, quien se encontró con el mayor escándalo político, judicial y mediático al investigar la red de extorsión, denunciada por un empresario, que llevó hacia esa cadena de delitos grave protagonizados por funcionarios, jueces y periodistas afines a este gobierno, y la participación de estructuras estatales.
A la vez, desde varios sectores se anunció la presentación de una denuncia contra el mandatario por injerencia abierta en la justicia y ordenar en un caso que no incumbe al Ejecutivo.
Macri ahora también alza la voz, ya que su discurso similar al de los pastores evangélicos ya no da resultados ante la gravedad de la crisis económica. Sus promesas dejaron de ser consideradas sinceras.
En tanto, el juez Claudio Bonadío procesó con prisión preventiva a Cristina Fernández de Kirchner, al ex ministro de Planificación Julio de Vido y al subsecretario Roberto Baratta, por otra supuesta asociación ilícita y defraudación, junto a un grupo de empresarios y ex funcionarios por la compra de gas natural durante su gestión.
Esto a pesar de haberse comprobado que un perito que actuó a su pedido dando datos falsos sobre este tema, acaba de ser condenado a prisión por falsificación de datos. “Se colmó el vaso”, gritaban los manifestantes que pedían la libertad de los presos políticos en todo el país.
Fuente: La Jornada