La final del morbo quedó por debajo de las expectativas. América y Cruz Azul quedaron a deber en el partido de ida que se disputó anoche. El marcador no se movió y el campeón del Apertura 2018 sigue en el aire, sin un favorito.
Cruz Azul esperaba este momento desde que Miguel Layún anotó el penal que sentenció su derrota en la final del Clausura 2013. El recuerdo aún amarga a su gente y ellos saben que no habrá mejor oportunidad que ésta, en la misma instancia y ante el mismo rival, para dejar atrás ese 26 de mayo.
Con esa hambre, los celestes salieron a disputar los primeros minutos de la serie. La Máquina presionaba en la salida, cercaba los espacios y se veía más peligroso que el América, sin embargo, no pudo llevar esa superioridad al marcador. La oportunidad más clara para hacerlo fue un remate de cabeza de Julio César Domínguez que Agustín Marchesín atajó de forma espectacular.
En ese momento el partido ya se le había cargado a Fernando Guerrero, quien no pitó un penal claro de Igor Lichnovsky sobre Bruno Valdez. El VAR no apareció y el zaguero continuó dando golpes.
Para la segunda parte, Cruz Azul bajó sus decibeles empujado por unas Águilas que intentaron tomar el balón, aunque sin causar estragos.
Debido a la intensidad del juego, América salió debilitado. Miguel Herrera debió hacer dos cambios forzados por las lesiones de Mateus Uribe, quien recibió un golpe del propio Lichnovsky, y de Roger Martínez, quien sufrió un esguince.
El partido tuvo sus mejores momentos hasta los últimos minutos. Los dos equipos fueron a buscar la victoria, aunque Cruz Azul se quedó más cerca en un disparo de Méndez que se estrelló en el travesaño.
Los ánimos se calentaron después del silbatazo final, hubo empujones y discusiones. Llegarán con la sangre caliente al domingo.
Fuente: Excelsior