Hace cuatro años Roberto sufrió un infarto, tenía apenas 31 años y jamás pensó que le pudiera ocurrir. Le gustaba «comer bien» y pocas veces se detenía a mirar la cantidad de grasas, sal o azúcares que ingería, pues sentía que aún estaba joven para cuidarse.
Un día, simplemente empezó a sudar y sintió que se le iba la respiración, un dolor en el pecho y no supo más hasta que despertó en el hospital, donde le informaron que había sufrido un infarto al miocardio, afortunadamente con atención médica oportuna hoy puede contarlo.
Aunque no llegó a obesidad, si tenía sobrepeso; era un apasionado a los tacos callejeros, fumaba, tenía largas jornadas laborales, le gustaba salir de fiesta y durante algún tiempo consumió cocaína, además de que caminar o hacer ejercicio «no era lo mío», comentó.
«Cuando escuchas de infartos crees que eso sólo le ocurrirá a tu abuelito, pero cuando te ocurre, cuando estas en la plenitud de la vida, es una sacudida, y si no tomas la segunda oportunidad que te dan de vivir, hay que tener muchas ganas de morirse», subrayó.
El sobrepeso y la obesidad, la diabetes, la hipertensión, el consumo de drogas y el sedentarismo, y en ocasiones el consumo de bebidas energizantes, son los peores enemigos de la salud cardiovascular en la población joven.
Los muy malos hábitos de alimentación, de higiene (tabaquismo, consumo de drogas) y de ejercicio, nos tienen con una pandemia de ateroesclerosis coronaria y, sí, los infartos se presentan cada vez más en jóvenes, subrayó el director general del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del ISSSTE, José Alfredo Merino.
Aproximadamente 20 por ciento de los pacientes que se atienden mediante el programa ASISSSTE Infarto, 20 por ciento son menores de 40 años, cuando hace dos décadas representaban apenas cinco por ciento.
Entre los factores que están contribuyendo a estas muertes o enfermedad cardiovascular tempranas, está el consumo de drogas, en particular la cocaína. Hay pacientes de 22 años que inhalan cocaína y presentan enfermedad coronaria como si se tratara de una persona de 80 años.
«Un aspecto que favorece la aparición del infarto al miocardio en los jóvenes es el uso de las drogas que tiene un efecto tóxico vascular y, sin duda, la cocaína es una de ellas. La cocaína tiene un efecto de excitación y está perfectamente demostrada la toxicidad sobre las arterias coronarias», precisó Francisco Javier León Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México.
Las bebidas energizantes que contienen taurina y cafeína en exceso, aumentan la frecuencia cardiaca y es poner al corazón como si estuviéramos corriendo un maratón sentados, y eso puede desencadenar un síndrome coronario agudo tipo infarto, no es un factor de riesgo para que las arterias se tapen, pero sí estresa mucho al corazón y pueden llegar a la muerte, agregó José Alfredo Merino.
No es que por sí solas causen daño cardiaco ni tampoco que lo hagan en todas las personas que las ingieren, lo que sucede es que si alguien tenía una cardiopatía no diagnosticada, estos productos la detonan.
En la población femenina, los infartos se presentan con mayor frecuencia durante la menopausia y postmenopausia porque se pierde la protección natural de los estrógenos. Antes de los 50 años la proporción es de tres hombres infartados por cada mujer, después de esa edad, prácticamente se iguala.
No obstante, en los últimos años, las mujeres también están teniendo infartos a más temprana edad: «Mi paciente más joven tiene 35 años por el síndrome del corazón roto por el estrés, porque es real que el estrés rompe el corazón», destacó la cardióloga Ana Elena Ancona.
La especialista del Hospital General de México, expresó que para evitar enfermedad cardiovascular en edades tempranas, es fundamental tener hábitos saludables como una dieta equilibrada, descansar los suficiente, evitar la combinación de anticonceptivos y tabaquismo, y hacer ejercicio, entre otros.
En población joven, los infartos son más letales que en personas mayores de 40 o 50 años, y la explicación es que, con la edad se va desarrollando un mecanismo que se llama circulación colateral, que consiste en la formación de «nuevas pequeñas arterias» que «brincan los tapones» en las arterias coronarias y compensan la enfermedad obstructiva del corazón.
Cuando un infarto se presenta en menores de 50 años, esas arterias periféricas o preacondicionamiento cardiaco no se ha desarrollado y entonces el evento pudiera ser más severo.
Fuente: Plano Informativo