“La ingesta de un alimento inadecuado; la alergia o la intolerancia; las infecciones por virus, bacterias, parásitos u hongos; las infecciones de las vías respiratorias, las infecciones de oído, o de vías urinarias; el consumo de medicamentos como los antibióticos o alguna malformación del aparato digestivo de niñas o niños, pueden generar diarrea”, informó María Jocelyn Bravo Ruvalcaba, responsable del Capacitación en Infancia de la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado.
“Uno de los motivos más frecuentes de consulta en la población pediátrica es la diarrea, que es un padecimiento que se presenta cuando hay un cambio fuera de lo habitual en la consistencia y frecuencia de las heces, vayan estas o no acompañadas de moco o sangre”.
La funcionaria de la Secretaría de Salud indicó que en el caso de los pequeños de 6 meses de edad se hace indispensable el conocer su patrón de evacuaciones: “sobre todo si los bebés están siendo alimentados exclusivamente a seno materno, pues es normal que presenten evacuaciones después de cada toma, mismas que pueden presentarse con consistencia pastosa, de coloración verde–amarillenta o hasta con una frecuencia de entre seis u ocho veces al día, sin que éstas sean por diarrea”.
Jocelyn Bravo indicó que si el menor presenta diarrea infecciosa ésta puede prevenirse considerando dos grandes grupos de medidas preventivas como pueden ser la de mecanismos que interrumpen la transmisión de la enfermedad y la de aquellos que incrementan la resistencia la resistencia de las defensas de los pacientes.
“Entre las medidas de prevención que los padres de los menores deben seguir se encuentran la promoción de la lactancia materna; el mejorar las prácticas de introducción de una alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad y el mantener un esquema de vacunación completo, principalmente el de las vacunas contra el sarampión y el rotavirus”.
“El suplementar con vitamina “A” durante la 2da y 3era Campañas Nacionales de Salud a los niños de 6 meses a 4 años de edad; el mantener una buena higiene en el hogar y en especial en áreas en donde se preparen los alimentos; la promoción de saneamiento ambiental en áreas de recreación de niñas y niños; el lavado cuidadoso de manos después de ir al baño, antes de comer o de manipular y preparar alimentos; el prevenir que los niños coman tierra; la desinfección o cocción adecuada de los alimentos y la desparasitación del menor al menos dos veces al año, son otras de las medidas que se deben adoptar”. Puntualizó la responsable de Capacitación en Infancia.
“Los síntomas de la diarrea pueden ser variados según su causa, pero algunas veces se puede acompañar de fiebre, malestar general, dolor abdominal, vomito, semblante triste o con rechazo hacia la ingesta de alimentos o bebidas; meteorismo (distensión abdominal provocada por la producción y acumulación de una cantidad excesiva de gases), tenesmo (sensación de evacuar sin necesidad), el enrojecimiento perianal y las dificultades para respirar, entre otros”.
Ante la presencia de diarrea en menores de cinco años, se acuda a valoración a la Unidad de Salud más cercana para que se realice un diagnóstico oportuno y se indique un tratamiento adecuado.
“Tenemos que recordar que los dos grandes objetivos del tratamiento en diarrea en niños están encaminados a prevenir la deshidratación y la desnutrición, para lo cual se entregan a los pacientes sobres de electrolitos orales en el primer caso, y el seguir la dieta que el médico señale, pues ambos son de suma importancia para la recuperación. Finalizó indicando.
Fuente: Plano Informativo