A 90 años del primer campeón de una Copa del Mundo

Desde las ocho de la mañana del miércoles 30 de julio de 1930, las calles de Montevideo circulaban hacia una sola dirección: el Estadio Centenario, la sede principal de la primera Copa del Mundo y que, horas más tarde, conocería a su primer monarca en la historia.

A las 14:15, hora local, el silbante belga Jean Langenus dio inicio al choque por la corona entre el anfitrión Uruguay y su vecina Argentina, la cual, de las nueve ocasiones previas que había enfrentado al conjunto charrúa, sólo en una conoció la derrota.

Teniendo esta estadística a su favor, cerca de 30 mil argentinos cruzaron el Río de la Plata para apoyar en la final (sólo la mitad con boleto) que se sostuvo en el Barrio Parque Batlle. Durante la primera edición mundialista, ambos finalistas llegaron con un paso perfecto: mientras los uruguayos vencieron a Perú, Rumania y Yugoslavia, los albicelestes superaron a FranciaMéxicoChile Estados Unidos.

Cerca de 30 mil argentinos cruzaron el Río de la Plata para apoyar en la final Foto: Especial

Dos horas antes del partido, el inmueble se llenó, y frente a casi 70 mil aficionados, y con 12 minutos en el cronómetro, los locales se adelantaron en el marcador con la anotación de Pablo Dorado; no obstante, la reacción de Argentina resultó poderosa con la remontada que perfilaron Carlos Peucelle (20’) y Guillermo Stábile (37’), para antes de concluir la primera mitad.

El plan de Uruguay estaba siendo arruinado. En el marco del centenario de la Jura de su Constitución, la nación recibió la primera Copa del Mundo y el título era el pretexto perfecto para extender las celebraciones.

El mal sabor para los de casa cambió entrando a los vestidores. Luis Monti, uno de los defensas de la Albiceleste, recibió amenazas por el trofeo que él y su equipo estaban cosechando en MontevideoLorena, su nieta, recordó este acontecimiento: En el descanso, cuando Argentina ganaba 2-1, le dijeron que si no perdían iban a matar a mi abuela y a mi tía.

Así fue como, para el complemento, el balón se inclinó hacia los charrúas. José Pedro Cea igualó los cartones (57’), para que posteriormente Victoriano Santos Iriarte (68’) y Héctor Castro (89’) sumaran las cuatro anotaciones con las cuales Uruguay venció 4-2 a Argentina.

El Estadio Centenario se desbordó con la obtención del trofeo Jules Rimet, los uruguayos se convirtieron en los primeros monarcas del orbe, y allí comenzó la historia de los inmortales en el evento deportivo más importante del mundo.

 

 

HERALDO DE MÉXICO

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