Nissan interrumpirá temporalmente su producción en Japón por el coronavirus

La multinacional japonesa Nissan ha decidido interrumpir temporalmente la producción de su fábrica de Kyushu, en Japón, a causa de los problemas en el suministro de piezas provinientes de China por la epidemia de coronavirus. Según ha avanzado la agencia Reuters a partir de una información del diario Nikkei, la firma automovilística parará su proceso de ensamblaje en esta planta japonesa los días 14 y 17 de febrero, debido a que el envío de piezas desde las compañías proveedoras ubicadas en China ha sufrido retrasos.

Nissan ya había parado la producción de sus fábricas en China. Un portavoz de la empresa ha explicado que la multinacional se está preparando para reabrir las fábricas chinas, pero que las dificultades para recibir suministros han obligado a preveer parones en la planta japonesa.

«Continuamos priorizando la seguridad y el bienestar de nuestros empleados en China. En pleno cumplimiento de las directivas gubernamentales y en vista de la situación de la epidemia y nuestros proveedores, nos estamos preparando para reiniciar la producción en China a más tardar el 17 de febrero en las plantas de Huadu y Dalian», señalan fuentes de la empresa, que añaden: «Debido a la escasez de suministros de piezas de China, la planta de Nissan Kyushu en Japón llevará a cabo ajustes de producción temporales el 14 y 17 de febrero».

El parón puede impactar la producción de cerca de 3.000 vehículos, y afectará dos lineas de producción en la fábrica de Kyushu el día 14, y otra linea el día 17.

La producción de Nissan en Kyushu fue, en 2018, de cerca de 434.000 vehículos, la mitad de ellos con destino al mercado doméstico. La epidemia del coronavirus, declarada una emergencia de salud por la Organización Mundial de la Salud, ha provocado retrasos en las fábricas chinas y tiene un impacto en las industrias relacionadas. En Corea del Sur, Hyundai, Kia y Renault también han anunciado interrupciones debido a los problemas de suministro desde China.

 

EL PAÍS

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