El Papa Francisco, desde la ventana del Palacio Apostólico, rezó el Ángelus hoy en el segundo domingo de Adviento dando su mensaje a través del ejemplo de la Virgen María.
“Las obras de misericordia se hacen en silencio, a escondidas, sin vanagloriarse de nada”.
El Obispo de Roma habló de la humildad con la que aceptó María el dar a luz al Hijo de Dios, “Todo esto sin clamor y sin ostentación, sin buscar lugares de honor, sin publicidad, porque la caridad y las obras de misericordia no necesitan ser exhibidas como un trofeo”.
Hoy se celebró la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, por lo cual, el Papa Francisco por la tarde estuvo en Plaza de España ante la columna de la Virgen María donde expresó la oración dedicada a todos los habitantes de Roma y del mundo.
“Les confío a todos los que en esta ciudad y en todo el mundo están oprimidos por la falta de confianza, por el desánimo a causa del pecado; todos aquellos que piensan que no hay esperanza para ellos, que sus faltas son demasiado numerosas y grandes, y que Dios ciertamente no tiene tiempo que perder con ellos”.
El Heraldo de México