El drama del Centro Deportivo Olímpico Mexicano

El Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM) se encuentra en la etapa más precaria e incierta de su historia. Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM) anunció en junio pasado que la instalación cerraría por falta de recursos, con la expectativa de reabrir en septiembre, toda vez que la Conade entregara el presupuesto etiquetado para dar mantenimiento. Sin embargo, el dinero no ha llegado.

El CDOM, que abrió sus puertas en 1967 para recibir a los preseleccionados nacionales que se alistaban para competir en los Juegos Olímpicos de México 1968, nunca había cerrado sus instalaciones por un periodo mayor a 15 días. Hasta el día de hoy, se trabaja con sólo 3 por ciento del personal operativo.

Tras un recorrido exclusivo, realizado por El Heraldo de México, se constató que de todos sus servicios, únicamente el área médica sigue en activo. El comedor, junto con las villas varonil y femenil, se encuentran cerradas.

Instalaciones como la fosa de clavados mantienen el agua con los tratamientos que la tienen limpia, pero no cuentan con gas en sus calderas, por lo que los entrenamientos son a temperaturas inferiores a los 12°C. Además, el uso de energía eléctrica está limitado únicamente al horario nocturno.

En 2014 se planteó la creación de nuevas instalaciones; entre ellas un gimnasio especial para judo, mismo que inició su construcción y recibió la duela, pero se quedó en obra negra y hoy tiene las tablas apiladas en su interior.

El área en la que se buscaban construir pistas para tiro deportivo y una zona para la práctica del tenis de mesa quedó sólo en proyecto, y es un terreno baldío. Sus 12 instalaciones deportivas, como pista de atletismo, velódromo, fosa de clavados o alberca olímpica, están abiertas para dar servicio a deportistas externos –es decir, que no duermen, ni se alimentan allí–, pero no superan las 300 personas que asisten en sesiones vespertinas.

En año preolímpico a Tokio 2020, el CDOM recibe a pocos atletas de selección nacional, y sin fondear los costos de mantenimiento, podría quedar limitado a sólo recuerdos para los deportistas de nuestro país.

TRISTEZA. A menos de un año para la realización de los Juegos Olímpicos de Tokio, todo esta vacío. Foto: Katya López
INACTIVIDAD. El área destinada para la gimnasia luce sin la presencia de atletas de nuestro país. Foto: Katya López

 

El Heraldo de México

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