La estatura podría influir en el riesgo de diabetes

Tener una estatura más baja que el promedio puede causar varias molestias, pero un nuevo estudio sugiere que también podría aumentar las probabilidades de padecer diabetes tipo 2. Los autores del nuevo trabajo analizaron a más de 27 000 personas y encontraron que cada 10 centímetros, o 4 pulgadas, adicionales de estatura, existía un riesgo 41% más bajo de desarrollar la enfermedad en hombres y 33% en mujeres.

«Encontramos que una mayor estatura corporal se relaciona con un riesgo más bajo de diabetes», aseguró el autor del estudio, Matthias Schulze, profesor de la Universidad de Potsdam y director de departamento del Instituto Alemán de Nutrición Humana de Potsdam-Rehbruecke, en Nuthetal.

 

La diabetes es uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial, con más de 422 millones de casos y casi 2 millones de muertes anuales. Ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina o esta no funciona adecuadamente, lo que sucede en la diabetes tipo 1 y 2 respectivamente.

 

La insulina es una hormona que se encarga de transportar la glucosa a las diferentes células del cuerpo para que la utilicen como energía. Si no puede cumplir con su rol, el azúcar se puede acumular en la sangre, desencadenando problemas en los nervios, riñones, corazón, cerebro y circulación de los nervios.

 

Para prevenir la diabetes, los especialistas recomiendan perder o mantener un peso saludable y seguir una dieta equilibrada, que reduzca el consumo calórico, graso y dulce, e incluya más frutas, granos y vegetales. También se debe realizar ejercicio regularmente, incluso las caminatas cuentan, reducir el consumo de alcohol y evitar el cigarrillo.

 

Ahora un nuevo estudio encontró un nuevo factor de riesgo no modificable: la estatura. Sin embargo, los autores del trabajo explicaron que esto no debe ser motivo de desánimo, ya que su trabajo no probó un vínculo causal definitivo, sino solo una asociación.

 

Schulze cree que la estatura por sí misma no provoca la «resistencia a la insulina», que puede entonces conducir a la diabetes tipo 2, sino que otros factores implicados en el crecimiento podrían tener un rol en dicha resistencia. Sus hallazgos se publicaron en Diabetologia.

 

El rol de la estatura

 

Los investigadores analizaron datos de 26,437 personas de 35 a 65 años. Luego, se concentraron en estudiar a unas 700 que desarrollaron diabetes tipo 2. El vínculo entre la estatura y la enfermedad fue más potente en aquellos que todavía no tenían sobrepeso.

 

En ese subgrupo, 4 pulgadas adicionales de estatura se tradujeron en una reducción del 86% en el riesgo de diabetes en los hombres y en una reducción del 67% en las mujeres. Los autores también encontraron que una longitud más larga de las piernas se asociaba con un riesgo más bajo de diabetes.

 

Sobre estos hallazgos, los científicos solo pueden elaborar hipótesis. Entre ellas se encuentra que quizás las personas más bajas acumulan grasa en el hígado con una mayor facilidad, además de tener factores de riesgo de enfermedad cardiaca y metabólicos más altos, como presión arterial, colesterol e inflamación.

 

Y aunque monitorizar el riesgo de diabetes de las personas más bajas podría resultar útil, no está claro que haya una estatura específica en que se deba iniciar una monitorización adicional. «Como el riesgo aumenta de forma continua con una estatura más baja, no hay un umbral de estatura disponible», anotó Schulze.

 

El experto también alertó que, ante la preocupación por la diabetes, no hay que olvidar que la grasa corporal, la dieta y la actividad física probablemente sigan siendo clave, y algo que las personas sí pueden cambiar a mejor.

 

El doctor Joel Zonszein, director del centro clínico de diabetes del Centro Médico Montefiore, en Nueva York, aconsejó a las personas bajas que no se preocupen demasiado. «La estatura solo es un pequeño factor contribuyente pequeño al riesgo de diabetes». El especialista no participó de la investigación.

 

Y agregó: «Evalúo la diabetes en las personas, altas o bajas, y observo los factores de riesgo importantes, como antecedentes familiares, actividad física, dieta, grasa, colesterol, y los niveles de azúcar en sangre».

 

Por otro lado, el doctor Gerald Bernstein, coordinador de programa en el Instituto de Diabetes Friedman del Hospital Lenox Hill, en Nueva York, tampoco considera que el estudio sea motivo de alarma. «Se trata de una observación interesante en una gran cantidad de personas, pero no debería conducir a cambios en la práctica clínica».

 

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