Muere aficionada iraní que se inmoló; fue detenida por intentar entrar a un estadio

Una iraní aficionada al futbol murió tras prenderse fuego al saber que podría ser condenada a seis meses de prisión por intentar entrar en un estadio de futbol, reportaron ayer medios semioficiales de noticias.

La trágica muerte de Sahar Khodayari provocó indignación en el mundo del deporte, sobre todo entre futbolistas y personas conocidas en Irán, donde las mujeres tienen vetado el acceso a los estadios de futbol, aunque se les permite entrar en recintos de otros deportes como el volibol.

Su muerte se dio justo cuando la FIFA gestiona con las autoridades iraníes revertir el veto para partidos de hombres, prohibición que se remonta a la Revolución Islámica de 1979. El órgano rector del balompié mundial quiere que el asunto sea resuelto antes del 10 de octubre, cuando Irán será local en su primer partido de las eliminatorias mundialistas ante Camboya.

El organismo internacional emitió ayer un comunicado: La FIFA traslada nuestras condolencias a la familia y amigos de Sahar y reitera nuestros pedidos a las autoridades iraníes para asegurar la libertad y seguridad de toda mujer que participa en esta legítima lucha por acabar el veto a las mujeres en los estadios de Irán.

Khodayari murió en un hospital de Teherán tras sufrir quemaduras en 90 por ciento de su cuerpo. Había estado con respiración artificial desde que se prendió fuego con gasolina frente al tribunal de Ershad en Teherán el 2 de septiembre, según el portal noticioso Rokna, que se publica en Irán con el permiso del gobierno.

La mujer, de 30 años, era conocida en medios sociales como la Chica azul, por los colores de su equipo favorito, Esteghlal.

Khodayari se inmoló, según los medios, tras saber que podría ir a prisión por intentar entrar en un estadio en marzo para ver un partido del Esteghlal. Iba disfrazada de hombre, con un tocado azul en la cabeza y un largo abrigo cuando la policía la detuvo.

Acababa de enterarse que podría ser enjuiciada por la Corte Revolucionaria en Irán y recibir una condena de prisión de seis meses, reveló su padre al portal noticioso. La hermana de Khodayari explicó al diario (pro reformas) Shahrvand, que su hermana tenía un trastorno bipolar. Su padre dijo que había dejado de tomar sus medicinas hace un año.

Khodayari pasó tres noches en el calabozo antes de ser liberada a la espera de juicio. Por el momento no se ha decidido un veredicto en su caso. Había reportes sobre que Khodayari, que se había graduado en informática, había intentado suicidarse una vez cuando estaba en la universidad.

Ali Karimi, ex mediocampista del Bayern Munich que jugó para la selección iraní y que ha pugnado por eliminar el veto a las mujeres, instó en un tuit a los iraníes a boicotear los estadios de futbol para protestar por la muerte de Khodayari.

El club Esteghlal expresó sus condolencias a la familia, en tanto, el futbolista iraní-armenio Andranik Teymourian, del Esteghlal, dijo en un tuit que en algún momento, en el futuro, uno de los grandes estadios de Teherán llevará el nombre de Khodayari.

El ministro de Tecnologías de la Información, Mohammad Javad Azari, describió el suceso como un amargo incidente. A su vez, la legisladora Parvaneh Salhshouri tuiteó: Todos somos responsables.

Su único ‘crimen’ fue ser mujer en un país donde las mujeres enfrentan una discriminación arraigada en la ley y que se presenta de la manera más horrible que se pueda imaginar en cada área de sus vidas, incluso en los deportes, comentó en un mensaje Philip Luther, director de investigación y defensa para Oriente Medio de Amnistía Internacional.

 

La Jornada

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