Narro Robles deja la contienda priísta y dimite al partido

La renuncia de José Narro a su militancia de 46 años al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a su aspiración a la dirigencia nacional, para no formar parte de la comedia y legitimar lo que está viciado de origen, generó una crisis en ese instituto político, tres días antes del registro de candidatos. Aguanté hasta que no aguanté, describió.

Ayer, el ex secretario de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto acusó en un video y una carta, que en la elección interna prevista para el 11 de agosto prevalecen simulación y excesos, e incluso groseros indicios de una intervención del gobierno federal para orientar el resultado, pero también del propio ex presidente.

Cuestionó que quien hasta hace unos meses declaraba duramente en contra del candidato oficial, hoy lo anima y lo arropa. Acusó, además, que son evidentes las muestras de que existe un preferido de la cúpula del PRI, el candidato oficial de los gobernadores y de quien fue, recientemente, el jefe político del partido.

Sobre la presunta injerencia desde el Ejecutivo, afirmó: hay que evitar que las decisiones del PRI las siga tomando el presidente en turno.

Narro, quien el año pasado también aspiró a ser candidato presidencial del tricolor, insistió en que la elección para renovar los cargos de presidencia y secretaría general del partido se trata de una farsa que antes de iniciar ya tiene resultados.

Según Narro, “la trampa está en el padrón, el crecimiento desmedido de nuevos afiliados en Coahuila, Ciudad de México, Campeche y Oaxaca… que serán llevados a votar por quienes llenarán de vergüenza al partido”.

Cuestionó que la trampa es favorecida por los desatinos del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y por el miedo a hablar con la verdad. No se quisieron escuchar las preocupaciones y consecuencias de usar un padrón tramposo y abultado, de favorecer el acarreo y el relleno de urnas.

El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México sostuvo que decidió participar en el proceso interno, sin un proyecto personal, sólo con la idea de poner al servicio del partido mi hoja de vida para ayudar, pero acotó que fue infructuosa su intención de contribuir para rescatar al partido de las garras de la simulación.

Declaró que a la cabeza de los males que explican la contundente derrota del Revolucionario Institucional en la elección presidencial de 2018 están la simulación y los excesos; el desapego de las causas del partido; la falta de democracia interna y la lejanía, cuando no el olvido, de la militancia y los liderazgos de base.

Ante ese panorama anunció su renuncia a participar en un proceso que la sociedad pronto reclamará y a formar parte de los obsequiosos, y al mismo tiempo a su militancia al partido en el que milité por más de 46 años y donde me identifiqué en (Jesús) Reyes Heroles (Luis Donaldo) Colosio y María de los Ángeles Moreno. El partido que es de México y de los priístas, pero que ha sido secuestrado por el pasado y la regresión.

Expresó un reconocimiento a la militancia, lo mejor del PRI y que clama por el cambio, la corrección del rumbo y la eliminación de las falsedades; por la erradicación de la corrupción y el uso indebido del poder.

Agradeció el valor de la lealtad con honor e incluso, sin precisar a quién se refería, su gratitud emocionada al gran político que me ayudó. Finalmente, llamó a la auténtica militancia del partido a que aguanten hasta que ya no aguanten, como a mí me sucedió.

 

La Jornada

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