La huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que cumplió 80 días este lunes, entró en una nueva fase, con la advertencia definitiva de las autoridades de que “su último ofrecimiento” ya fue puesto en la mesa de negociación, en una plática conciliatoria que terminó de manera ríspida con la representación sindical.
Así, con la idea de que no habrá una nueva reunión para negociar los emplazamientos laborales, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM (Situam) tendrá que decidir, en el transcurso de los próximos días, la decisión de levantar o no el paro de actividades, con lo ofertado hasta ahora.
Estos ofrecimientos son, entre otros, un aumento del 3.35 por ciento directo al salario, 3.0 por ciento de retabulación al personal administrativo y académicos de medio tiempo y tiempo parcial, 50 por ciento de pago de salarios caídos, una propuesta de una mejora salarial sin fechas ni montos específicos, y la promesa de que no se volverá a violar el contrato colectivo de trabajo. En los hechos, lo ocurrido hoy fue un ultimátum.
Incluso, durante las cinco horas que duró ésta plática conciliatoria, hubo retrocesos en varios de los puntos acordados en reuniones previas, donde las autoridades universitarias acusaron que la redacción las propuestas presentadas por el Situam no se ajustaban exactamente a lo ya pactado en reuniones pasadas.
José Antonio de los Reyes, secretario general de la UAM, aseguró que las propuestas de las Universidad eran “buenos acuerdos”. Incluso, comentó que se habían alcanzado coincidencias en 32 de los 35 puntos planteados por el sindicato. “Una negociación no es ganar todo, se debe valorar lo logrado”, insistió, tras señalar que las autoridades no podían aceptar algunos puntos planteados por el sindicato.
Una de estas exigencias del Situam es el “retiro” de todo el “personal irregular” –de confianza- contratado por esta y otras administraciones pasadas de la UAM, previa revisión de todos los departamentos y áreas de la Universidad. “No podemos hacer el despido de este personal, son trabajadores que tienen dignidad”, dijo el abogado general de la institución, Rodrigo Serrano.
Sin embargo, ningún funcionario respondió la pregunta insistente y directa de varios de los trabajadores, incluido las del abogado del Situam, Antonio Argueyes, de que si reconocían que la UAM violaba sistemáticamente el contrato colectivo. La contratación de este tipo de personal es una práctica añeja en la institución, denunciada siempre por el sindicato y nunca atendida por las autoridades, se dijo que en la mesa.
Jorge Dorantes, secretario general del Sindicato, ya casi al final del encuentro, advirtió que de nada valían los 30 acuerdos donde había acercamiento entre las partes, mientras no hubiera propuestas suficientes en materia de aumento directo al salario, en recuperación del rezago salarial de los trabajadores, y el pago total de salarios caídos, tras el levantamiento de la huelga.
Reprochó a la UAM que prácticamente no se haya movido en su ofrecimiento económico desde antes del estallamiento de la huelga y en los 80 días que lleva ésta, iniciada desde el pasado uno de febrero. “Si esa es su posición, hablen claro”, preguntó.
“La UAM no puede ir más allá. Estas son nuestras propuestas finales”, dijo De los Reyes, quien pidió al sindicato valorar las propuestas en su conjunto, las cuales –insistió- “son “buenos acuerdos”.
La sesión, que duró cinco horas –con una de receso- se levantó casi de manera abrupta, luego de que el conciliador de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social dijo que la dependencia era respetuosa de los acuerdos, pero que corresponde a las autoridades y sindicato solucionar el conflicto que lleva ya 80 días, haciéndoles “un gran daño a los estudiantes y a la Universidad”.
La Jornada