Investigador del atentado del 11-M confirma mentiras de Aznar

Juan Jesús Sánchez Manzano, el comisario de policía y principal investigador de los atentados de Atocha -que se perpetraron el 11 de marzo del 2004 y provocaron una masacre sin parangón en la historia de Europa-, decidió romper su silencio y desvelar al menos dos datos inequívocos sobre aquellos días: que a sólo unas horas de la masacre se descartó la supuesta autoría de la organización separatista vasca ETA y se asumió que se trataba de una acción de inspiración islamista.

Y, la segunda, que el gobierno de entonces, del derechista José María Aznar, intentó hacerlo partícipe de la “mentira” que se fabricó en los despachos del gobierno para intentar convencer a la opinión pública que los atentados eran obra ETA, con la mirada puesta en los comicios que se llevarían a cabo sólo tres días después. Ahora, en el 15 aniversario de la masacre, el comisario decidió señalar a los que intentaron engañar a la población.

El 11 de marzo del 2004 la ciudad de Madrid amaneció sacudida por el peor atentado en la historia de Europa. Varias bombas ocultas en mochilas explosionaron en tres trenes de pasajeros, con un saldo de 192 personas muertas y más de mil 400 heridos. El atentado ocurrió además sólo tres días antes de las elecciones generales del país, en las que se decidiría entre la continuidad del proyecto encarnado por la derecha y que hasta ese día lideraba el ex presidente José María Aznar, o dar un cambio de rumbo y aupar a la presidencia del gobierno al entonces joven líder del socialismo español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Aznar maniobró desde los despachos nada más perpetrarse el atentado, sobre todo para intentar impedir que la masacre tuviera consecuencias electorales a su formación política e impidiera el relevo de su gestión a su entonces delfín, Mariano Rajoy. De hecho envió sendos informes a las principales embajadas con representación en España, se reunió con directores de periódicos y medios de comunicación, y sus colaboradores intentaron convencer a los informadores nacionales y extranjeros de que la principal hipótesis de los investigadores era que ETA era la autora de la masacre.

Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, a sólo unas horas del estallido de las bombas la policía ya tenía prácticamente descartada la autoría de ETA -de hecho el propio grupo armado y la ilegalizada Batasuna ya habían descartado ese extremo-. Según el comisario español, que decidió romper su silencio con una entrevista en el diario El País, señaló que “lo que se descartaba con absoluta certeza era la autoría de ETA y así se comunicó a las 15.00 del 11 de marzo a las autoridades policiales”.

Y al ser preguntado sobre la fabricación de la “mentira” por parte del gobierno de Aznar, el comisario advirtió que “a partir de las 13.00, cuando llega el comisario general de Seguridad Ciudadana a la unidad de los Tedax, y habla con la inspectora química del laboratorio y otros Tedax, le comunican que lo incautado hasta ese momento no apuntaba a ETA”. Y esa hipótesis la mantuvieron hasta el final, como se demostró con la detención de los involucrados y la muerte de algunos de los responsables tras ser localizados en un departamento en el barrio madrileño de Leganés.

El comisario español denunció que “días antes de que arrancara la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados, a principios de julio, instancias superiores del Gobierno de Aznar me pidieron que asumiera que los Tedax habían utilizado la palabra Titadyn como el explosivo usado en los atentados del 11-M, el que usaba habitualmente ETA. De esa manera el Gobierno podría justificar su error. Nunca fue así.

¿Y qué hizo usted?

A las instancias que me lo solicitaron les dije que no asumiría esa cuestión, porque no era verdad. Como máximo responsable de la especialidad no iba a permitir que se manchara el prestigio que tenían los Tedax a nivel nacional e internacional. No podía quedar para la Historia, con mayúsculas, que habían confundido al Gobierno de España. Me negué rotundamente”.

Sánchez Manzano también señaló a algunos periodistas y medios de comunicación de aliarse con el poder público detentado por Aznar para alimentar ese bulo, que intentaban que prosperará para evitar el desastre electoral que finalmente ocurrió para la derecha española en los comicios del 14 de marzo. Entonces una mayoría de ciudadanos decidió desalojar del poder al PP, señalándolo no sólo de “mentir” sobre el atentado sino también de haber apoyado la guerra de ocupación de Irak que entonces llevaba a cabo el Ejército de Estados Unidos.

 

Fuente: La Jornada

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